Estudiantes santafesinos completaron el debate sobre reformas en el secundario: qué opinaron y cómo trabajaron

En las devoluciones orales, expresaron que los Centros de Estudiantes son una oportunidad para ponerle voz propia a las necesidades juveniles, que les permiten generar pertenencia, desarrollar habilidades para insertarse luego en el mundo laboral, así como conocer gente de otros ámbitos y hacer amigos.

Algunos de las ideas surgidas en torno a la conformación de la Federación de Centros de Estudiantes fueron la necesidad de que las autoridades se renueven todos los años para favorecer la participación, que la representación sea por localidades para que sean representadas las distintas realidades que conviven en la provincia y que cada departamento cuente con más de un delegado para garantizar la pluralidad de voces.

Sobre los cambios en el nivel secundario, hubo un apoyo mayoritario tanto en la consigna de que terminar la educación obligatoria es una ventaja para conseguir mejores empleos. A la vez que fue casi total el rechazo a que se sienten cómodos cursando la escuela tal como está y que el abandono es una cuestión puramente individual.

En las mesas de trabajo se dieron interesantes idas y vueltas sobre cómo viven el día a día en las diferentes escuelas. Algunos chicos enfocaron la discusión por el lado de lo injusto que resulta volver a cursar materias que sí se aprobaron por más que hayan desaprobado algunas, tal como sucede actualmente y siendo éste uno de los puntos principales de la propuesta ministerial. Aunque les despertó dudas saber cómo se organizarían mezclando materias de distintos años: “si me llevo matemática de primero, no voy a entender nada de la de segundo”, marcó un grupo entre sus conclusiones.

También pidieron que las escuelas sean más consideradas con las asistencias en casos particulares: “no es lo mismo el que falta porque tiene ganas de quedarse en su casa que alguien que se tiene que tomar el colectivo porque vive lejos y por eso llega tarde o que directamente no puede ir porque llovió y ese día el colectivo no entra a su barrio porque está inundado”, señalaron desde otro grupo.

Otro de los grandes temas comunes que surgieron fue la necesidad de contar con más espacios de diálogo que ayuden a la unión grupal, expresando lo que les pasa escuchándose entre todos. Pusieron de ejemplo las Ruedas de Convivencia. Pidieron que se hagan en todos los años. Pero también fueron críticos de la forma en que a veces se implementan: “si es para retar a uno adelante de todos contando lo que hizo, no sirve, ni al que sufrió para sentirse más acompañado ni al que estuvo mal para que entienda por qué”, comentaron en una de las mesas.

En el mismo sentido, algunos pidieron tener Educación Sexual Integral como una materia específica. Este planteo conforma una situación particular porque, de acuerdo a la ley nacional, estos contenidos se deben dar de manera transversal en toda la escuela.

Por último, un tema central: el compromiso de los docentes. Una gran parte de los chicos reclamó que sean más comprensivos, que les tengan paciencia, que los acompañen más y que actualicen su forma de dar clases: “con algunos profes te dan ganas de ir a clase porque se nota que se esmeran, explican temas con cosas que vemos en el día a día o corrigen con stickers que ayudan a entender qué es lo que estuvo mal; pero con otros es distinto, te dan siempre lo mismo o te hacen leer una fotocopia”, manifestaron en otro de los grupos.

“Fueron jornadas muy valiosas”

A modo de resumen, Flesia destacó el entusiasmo que mostraron los jóvenes y la posibilidad que estas experiencias les brinda para conocer las distintas realidades que los habitan, más allá de pertenecer a una misma localidad.