En el Día Mundial del Cerebro, expertos en neurología destacan las claves más importantes para mantener sana la “computadora” del cuerpo
En los últimos años y con el advenimiento de nuevas tecnologías, hemos sido testigos de cómo se han acelerado los ritmos de vida y se han producido grandes modificaciones culturales. Inclusive, la pandemia ha contribuido en muchos casos a profundizar todas estas variables registradas, con más exigencias y presiones.
Cualquier situación de cambio o estrés impacta sobre la salud de las personas, y en muchos casos, ha llevado a descuidar ciertos aspectos fundamentales para la salud cerebral, como la buena alimentación, la actividad física, el descanso necesario, los controles médicos periódicos y la socialización.
En el Día Mundial del Cerebro, la Organización Mundial de la Salud (OMS) comunicó que alrededor de 6 millones de personas mueren cada año por accidentes cerebrovasculares, más de 50 millones tienen epilepsia y 50 millones padecen demencia. El Alzheimer, la forma más común de demencia, representa entre un 60% y un 70% de los casos. Frente a este panorama desolador, es imperativo realizar cambios profundos en la sociedad, empezando por los que puedan realizar los individuos que la componen.
“El cerebro es el órgano que nos hace ser quiénes somos y tener conciencia de nuestra propia existencia. Es el encargado de comunicar todas las partes de nuestro cuerpo para que respondamos adecuadamente ante los distintos estímulos” explicó a Infobae el doctor Javier Groppo, médico Neurólogo Especialista en Parkinson y Trastornos del Movimiento del Sanatorio Otamendi.
“La centralidad del cerebro es tal que dentro de sus principales funciones están: la capacidad de planificación y resolución de problemas, la memoria, la visión, la coordinación motora, la regulación de emociones. Para que no disminuyan estas aptitudes, es importante mantenerlas activas y ejercitadas”, agregó el profesional que trabaja también en el Sanatorio Clínica Modelo de Morón y el Centro de Parkinson y Trastornos del Movimiento (CABA).
Según la OMS los accidentes cerebrovasculares son la primera causa de discapacidad a nivel mundial, además aporta la principal carga global de sufrimiento y es la segunda causa de mortalidad. “Existe una gran lista de enfermedades neurológicas pero las más frecuentes son el accidente cerebrovascular (o ACV), la enfermedad de Alzheimer o demencia, la enfermedad de Parkinson, la migraña, la epilepsia, la meningitis, la esclerosis lateral amiotrófica (conocida como ELA) y la esclerosis múltiple”, precisó el especialista.
Las causas y su prevención
Groppo destacó la multicausalidad de este tipo de enfermedades. Lejos de tratarse por un solo motivo asegura que se trata de “un conjunto de condiciones que interaccionan para producirlas”. Entre las que distingue son factores ambientales como problemas en el parto, golpes en la cabeza, consumo de sustancias, tabaquismo, falta de actividad física y descanso, y mala alimentación. Por otra parte, agrega la exposición a pesticidas u otros tóxicos. Asimismo, el factor genético y la edad pueden predisponer a patologías neurológicas, no obstante, estas condiciones no se pueden modificar. “La diferencia fundamental entre ambos grupos de causas es que las condiciones o factores ambientales son modificables a partir del cambio del estilo de vida”, concluyó.
“El cerebro es uno de los órganos vitales del cuerpo, es el responsable de los pensamientos, las acciones, las relaciones y la expresión de la personalidad. Cualquier estímulo que ingresa por los sentidos, se procesa en nuestro cerebro y genera actividad mental y comportamiento, por esto es fundamental cuidar nuestra salud cerebral a través de actividades que ayuden a ejercitar nuestra mente”, afirmó la doctora Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.
Muchos de los problemas de salud asociados a estas enfermedades son silenciosos y es por ello que se deben promover los cuidados preventivos del cerebro en la población, generando conciencia sobre enfermedades que a veces pasan desapercibidas. Se considera que una persona tiene un cerebro sano cuando es capaz de prestar atención, recibir y reconocer la información que le llega del exterior a través de los cinco sentidos, tener la capacidad para aprender cosas nuevas y recordar eventos pasados. También son rasgos característicos de un cerebro en buen estado poder comunicarse, resolver problemas y tomar decisiones, así como tener motricidad y ser capaz de controlar las emociones.
Hábitos para tener una vida saludable
Los especialistas indican que como primer punto es necesario salir de la zona de confort para que el cerebro esté en constante trabajo. Esto hará que se desarrollen nuevas conexiones lo que deriva en una mejora en las funciones cerebrales. Algunas recomendaciones para prevenir y reducir el riesgo de padecer todo tipo de enfermedad cerebral:
1. Controlar la presión arterial: la presión arterial debe mantenerse por debajo de 120/80 mmHg. Para prevenir la hipertensión es importante moderar el consumo de sal y alcohol, hacer ejercicio de manera regular, reducir el estrés y dejar de fumar. También es importante beber la cantidad adecuada de agua.
2. Mantener estable los niveles de colesterol: para lograrlo, se recomienda reducir el consumo de ciertos alimentos de origen animal, prescindir de la comida “chatarra”, aumentar los frutos secos, granos enteros, frutas, vegetales, pescado y aceite de oliva.
3. Mantener estable la glucemia: la dieta y el ejercicio son dos factores fundamentales para mantener estable la glucosa en sangre. Una dieta equilibrada, con aumento de la fibra ingerida, buena hidratación y consumo adecuado de proteínas es lo más recomendable para ello.
4. Ser físicamente activo: una actividad física acorde a la edad y al estado físico no sólo contribuye al bienestar de todo el organismo, sino que también ayuda al cerebro a “ejercitarse” en su capacidad de resolver conflictos rápidamente, planificar, realizar tareas simultáneas, interactuar con el medioambiente y mejorar la motricidad y el equilibrio (que evitan caídas), manteniéndonos en mejor forma.
5. Consumir una dieta saludable: la alimentación influye en numerosos aspectos de la salud. La clave para llevar una dieta sana es que sea variada e incluya alimentos de los distintos grupos de la pirámide nutricional. También debe ser equilibrada – comer cantidades moderadas y seguir un horario regular de comidas – e incluir al menos cinco comidas diarias.
6. Mantener el peso: el exceso de peso o la obesidad es una acumulación excesiva de grasas que resulta perjudicial para la salud del cerebro por varios mecanismos. El balance entre el ingreso y el consumo de calorías diarias determina el peso corporal.
7. Evitar el tabaco: el humo del tabaco no sólo daña los pulmones y el corazón, también afecta al cerebro. Las personas fumadoras de larga data sufren adelgazamiento progresivo de la corteza cerebral y reducción de las funciones cerebrales superiores.
8. Control periódico en el sistema de salud: la consulta a nutricionistas, los controles médicos preventivos, y la consulta médica precoz ante síntomas que sugieran deterioro cognitivo, son fundamentales para el diagnóstico precoz y su tratamiento.
9. Seguir aprendiendo y desafiar al cerebro: continuar la educación puede ayudar a reducir el riesgo de declive cerebral y demencia. Asimismo, también es importante hacer actividades que nos obliguen a pensar, ya sea armar un rompecabezas, crear o construir algo para la casa, jugar a algún juego de mesa, palabras cruzadas, etc.
10. Mantenerse sociable: se ha demostrado que las personas que tienen una vida social activa también tienen cerebros más activos y sanos.
Como podrá advertirse, varios de los puntos anteriores generan círculos virtuosos: por ejemplo el hacer deporte, comer adecuadamente, bajar de peso, evitar el tabaco, la hipertensión, diabetes u obesidad, controlarse con su médico, tener un nutricionista y un entrenador en un gimnasio, socializar con otras personas, seguir aprendiendo cosas nuevas se potencian entre sí para lograr un cerebro más saludable.
El doctor Gregory Day, experto en Neurología de Mayo Clinic en Jacksonville, Florida, brindó a Infobae cuatro sugerencias a fin de reducir su riesgo general para problemas con la memoria:
1-Participe en actividades que estimulen el cerebro: Considere hacer rompecabezas y juegos en la computadora, pero conviértalos en un hábito con el transcurso del tiempo, puesto que los estudios dicen que el valor de las actividades de estimulación cognitiva se va acumulando durante la vida. Eso significa que adquirir una buena educación, trabajar en labores mentalmente estimulantes, tener pasatiempos o hobbies y participar en actividades sociales que requieran enfocar la mente son cosas importantes para reducir el riesgo de desarrollar demencia.
2-Concéntrese en la educación y en aprender nuevas habilidades: Los estudios demuestran que mientras más años de estudios tenga una persona, menor es el riesgo de demencia. Parece que esto se debe a que las personas que pasan mucho tiempo involucradas en aprender algo tienden a desarrollar en el cerebro redes neuronales más robustas y conexiones entre esas células nerviosas. Esas redes están mejor equipadas para manejar el daño celular producido por un trastorno cerebral que puede llevar a la demencia.
3-Mantenga un estilo de vida saludable Similar a lo que ocurre con otros problemas de salud, llevar un estilo de vida saludable es igualmente importante para mantener sano el cerebro. Comer bien, mantener un peso saludable, hacer ejercicio con regularidad y evitar las situaciones que aumentan el riesgo para ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares también reduce el riesgo de demencia. Se ha comprobado asimismo que encargarse de controlar eficazmente el colesterol y la presión arterial, no fumar y limitar el consumo de alcohol mejora la salud cognitiva más adelante en la vida. La razón es que todas estas medidas afectan la salud de los vasos sanguíneos en el cerebro, el cuello y el corazón. Es también importante dormir bien por la noche y tratar los trastornos del sueño, como la apnea del sueño. No hace falta tomar suplementos para dormir cuando uno ingiere una alimentación balanceada.
4-Mantenga las interacciones sociales
Los estudios muestran que la interacción social a toda edad aporta beneficios cognitivos. Interactuar regularmente con otros, como familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y miembros de la comunidad, levanta el ánimo, aporta una perspectiva mejor de la vida y ejercita el cerebro. Esa interacción regular afecta de manera positiva sobre las capacidades cognitivas y se ha demostrado que alivia los síntomas de la demencia.
Este año, el tema central es “Salud Cerebral para Todos” y reconoce la importancia que tiene el cuidado del cerebro para lograr un auténtico bienestar mental, físico y social.
“Nuestro cerebro se encuentra por detrás de habilidades tales como la memoria, la atención, el lenguaje o la capacidad de tomar decisiones y de resolver problemas. Pero eso, aunque es mucho, no es todo. Las conexiones de nuestro cerebro nos hacen ser quienes somos y expresar nuestra personalidad de esa manera de ser única que cada uno tiene. Cómo nos relacionamos con los demás, nuestras emociones y afectos, nuestra visión de la vida, nuestros gustos y opiniones y todo aquello que nos lleva a vivir y expresar nuestra identidad, dependen de la conectividad entre las células del cerebro. Preservar nuestras neuronas y las redes que conforman entre sí es fundamental para continuar siendo quienes somos y para relacionarnos con el mundo y con los demás desde la expresión más auténtica de nuestra personalidad”, explicó a Infobae Gabriela González Alemán, neurocientífica, y doctora en Genética del comportamiento de Brainpoints
“Para cuidar al cerebro son centrales los hábitos porque son aquellas cosas que hacemos a diario y que nuestro cerebro repite una y otra vez. Los hábitos entrenan al cerebro. Cultivar rutinas saludables es indispensable para mantener al cerebro en buen estado. La alimentación, el ejercicio aeróbico y el control del estrés son los principales ejes de cuidado”, puntualizó la experta.
Y agregó: “El cerebro pesa aproximadamente el 2% del peso total de una persona pero gasta el 20% de la energía que tenemos. Estar por detrás de todo lo que compone nuestra vida mental, cognitiva y afectiva requiere de combustible. Gastamos cerca de 350 calorías por día en el funcionamiento del cerebro y el combustible que usa es la glucosa. Además de azúcares, el cerebro necesita de ciertos nutrientes como proteínas, ácidos grasos y vitaminas que son necesarios para que esta compleja maquinaria cerebral funcione como es debido. La palta; el salmón; la banana; los frutos secos; la variedad de verduras en la dieta; las legumbres y el chocolate amargo, son excelentes aportes para mejorar el funcionamiento y la salud cerebral”.
Tratamientos disponibles para distintas enfermedades del cerebro
La pandemia aceleró y masificó la participación de actores para mejorar la accesibilidad a terapias, medicamentos, recursos y, sobre todo, potenció la sinergia entre gobiernos, entidades públicas y privadas para crear soluciones sanitarias innovadoras y ágiles frente a la gran demanda por problemas de salud mental que tuvo la sociedad.
“Por ello, es necesario dar a conocer los diferentes tratamientos disponibles para asegurar a las personas la llegada a ellos. En Argentina, por ejemplo, a fines de 2019, la provincia de Neuquén sancionó una ley para garantizar a la población el acceso a la prevención, el diagnóstico y tratamiento del Accidente Cerebro Vascular: una emergencia médica que sufren en el mundo alrededor de 15 millones de personas al año, de acuerdo con estimaciones de la OMS, y afecta aproximadamente a unos 190 mil argentinos anualmente. La legislación neuquina determina que tanto el sector público de la salud, como también el sistema privado, deben brindar tratamiento integral ante esta urgencia, incluyendo el tratamiento del ACV isquémico por vía endovenosa y endovascular. Una ley pionera en el país y que marca un importante precedente para avanzar hacia el planteo de un programa de concientización y asistencia aún más amplio”, explicó a Infobae la Ingeniera biomédica, María Magdalena Moret, vicepresidenta del clúster Latinoamérica Sur de Medtronic.
“A su vez, las patologías del tipo neurológicas como el Parkinson, la distonía o la epilepsia, se encuentran contempladas en el Programa Nacional de Enfermedades Poco Frecuentes del Ministerio de Salud de la Nación -enfermedades que se definen por una prevalencia menor o igual a 1 persona cada 2000-. Encontrarse incluidas en este programa significa que el sistema público y privado de salud debe ofrecer a la población un respaldo para el acceso al conocimiento sobre estas enfermedades, capacitaciones para los profesionales médicos, además de brindar a los pacientes la cobertura de los tratamientos respectivos”, precisó la especialista.
Y concluyó: “Es importante, entonces, mantenerse informado respecto a los programas y tratamientos disponibles frente a este tipo de patologías y tener en cuenta, también, que el avance de la tecnología es una herramienta fundamental para mejorar el bienestar de muchos pacientes. Sin embargo, es sabido que la prevención es el principal tratamiento para disminuir toda probabilidad de enfermedad y, por ese motivo, en este mes de concientización, se busca hacer especial hincapié en la población sobre la adopción de hábitos más saludables para mantener su cerebro sano y fuerte”.
Fuente: Infobae