Una salida de tres o cuatro días siempre requiere tomar algunas precauciones, mucho más si se lo hace en pleno verano, con muy altas temperaturas. Un chequeo mecánico y preparar correctamente el automóvil puede marcar la diferencia entre pasear y padecer
Por Diego Zorrero para Infobae
Así que, para esta oportunidad en especial, hay que pensar que además de revisar ruedas, frenos y suspensión, debe ponerse atención también al circuito de refrigeración. El radiador es la entrada de temperatura fresca al motor a través del líquido refrigerante que circula por todo el sistema de enfriamiento, y si no funciona bien por falta de líquido o por estar tapado, pinchado o lleno de óxido, la alta presión que genera la temperatura del motor puede generar que reviente alguna manguera del sistema o se active un sensor de protección y se detenga el motor.
El óxido no debería existir nunca en el radiador ni en los conductos por los que circula el líquido que enfría el motor, pero lamentablemente muchas personas colocan agua común en el circuito en lugar de agua destilada o líquido refrigerante diluido con agua destilada y eso atenta contra la salud del sistema completamente. De hecho, la misma bomba de agua se resiente por el óxido y se puede engranar, generando que deje de mover el circuito.
Si la refrigeración está en orden, el otro gran aspecto a tener en consideración es el circuito de aire acondicionado. La falta de gas es una de las razones por las que pueda enfriar menos de lo debido, pero no es el único. Si el condensador que va colocado delante del radiador del motor en el frente de los automóviles está tapado por la suciedad propia de la ruta, como los insectos que suelen pegarse en los viajes, el sistema tampoco enfría correctamente. Si ese es el caso, una detención de algunos minutos, permitirá que vuelva a funcionar por algunos kilómetros, aunque lo más probable es que el proceso vuelva a comenzar nuevamente.
Otros elementos que se deben verificar antes de salir a la ruta, son los neumáticos, frenos y partes de dirección y suspensión. Las cubiertas, primordialmente deben tener la profundidad de su dibujo dentro de los márgenes de seguridad. Esto se verifica mirando dentro de las ranuras o canaletas, donde se podrán observar partes más elevadas cada cierta distancia. Esos son los testigos. Cuando la superficie de apoyo del neumático está al mismo nivel de los testigos, es porque el desgaste llegó al punto en que se debe reemplazar esa rueda.
Si el dibujo es seguro, hay que verificar que los cuatro neumáticos estén inflados de acuerdo a la tabla de cada modelo y rodado, la que se puede encontrar en el manual, en el interior de alguna de las puertas o en la parte interna de la tapa del depósito de combustible.
Pero los neumáticos tienen que apoyar uniformemente en el asfalto y eso no solo depende de una presión de inflado adecuada, sino también de la alineación y balanceo. Cualquiera de estas dos variables que no estén en condiciones normales, generan un desgaste prematuro y pueden terminar con un reventón de una cubierta. Y es importante tener en cuenta que, con el costo que los neumáticos tienen hoy en el mercado, una pinchadura se repara con un parche, pero un reventón por desgaste desparejo no se repara, sino que obligará a descartar esa cubierta.
Por último, es aconsejable tener la precaución de llevar el automóvil a una gomería o taller especializado para controlar que los extremos de dirección, las rótulas y los bujes de parrillas de suspensión estén en buen estado, porque un mal funcionamiento de los mismos también genera un mal modo de rodar los neumáticos, y por lo tanto otro motivo de posibles roturas. De paso, comprobar que los amortiguadores no estén vencidos, es otra cosa importante para hacer.
Si el auto rueda bien, debe poder parar del mismo modo, y para eso, revisar el estado de desgaste de las pastillas y discos o cintas de freno y el nivel de líquido de frenos, asegurará poder detener el automóvil ante un imprevisto con total seguridad. Siempre hay que recordar que cuando se cambian las pastillas, se deben rectificar los discos, y después de varias repeticiones y del uso mismo del sistema de frenos de un auto, los discos pierden espesor y deben ser cambiados también.
Lo último antes de salir a la ruta para un viaje más seguro, es revisar el estado de las escobillas del limpiaparabrisas y el correcto llenado del depósito de líquido lavaparabrisas, pero no solo para casos de eventual lluvia, sino de tener que limpiar el cristal de suciedad propia de transitar en ruta. En épocas de calor, el atardecer suele ser el momento en que más insectos hay en el aire y un auto avanzando por una ruta es una superficie voluminosa en la que se adhieren en gran cantidad, tapando la visión del conductor.
El líquido para limpiarlos, es recomendable que no sea agua, ni agua con detergente de cocina, que puede dejar una fina capa de grasitud sobre la que las escobillas no barren del mejor modo. Se sugiere comprar shampoo específico para cristales, que limpiará y dejará la superficie de mejor manera.
Llevar todos los documentos como licencia de conductor, cédula de identificación del vehículo, VTV al día y comprobante de seguro vigente; el Kit de seguridad que incluye matafuegos, chaleco reflectivo y triángulo de advertencia y un botiquín para primeros auxilios, será lo último para disfrutar de la “yapa” del verano antes de empezar la rutina laboral y educativa del resto del año.
Fuente: Infobae