Según indican los expertos, los buenos hábitos alimenticios se adquieren entre los 2 y 4 años. Es por eso que es sumamente importante que los más chicos ingieran alimentos. ¿Cómo motivarlos?
Una alimentación saludable permite llevar adelante una vida con buena salud. Sin embargo, es todavía más importante si se empiezan a adquirir ciertos hábitos desde la niñez.
Alimentación saludable: por qué es importante que los niños ingieran verduras
Las recomendaciones médicas suelen dirigirse hacia el mismo punto: saber equilibrar entre los gustos familiares y las necesidades de los más chicos.
En principio, lo más relevante es que el niño/a aprenda por imitación. Esto significa que la familia debe dar el ejemplo en sus platos y consumir vegetales (hervidos y con aceite), por lo cual el momento ideal para adquirir los buenos hábitos es desde los dos a los cuatro años.
Por lo tanto, según indicó Lucio Tennina -médico especialista en nutrición-, es importante dejar a un lado la “competencia desleal” entre la “comida sana” y la “comida que le gusta al adulto”. El niño, al observar lo que comen sus padres, rechazará lo que hay en su plato y pedirá “igualdad” en las comidas.
Además, en el caso de los bebés, el primer sabor que reconocen es el dulce. Justamente, un consejo que brinda el especialista es que coman zapallo (puré con aceite de maíz) al comienzo del destete, ya que es más fácil de ingerir que la espinaca o verduras verdes.
¿Cuáles son los métodos para agregar vegetales a las comidas de los más chicos?
Puede resultar un proceso tedioso, ya que una de las posibilidades es que los más chicos se nieguen a comer verduras. Sin embargo, además de las técnicas del especialista Tennina, existen otras recomendaciones para motivar la ingesta de este tipo de alimentos:
- Visión del plato: la forma de presentar una comida puede ser un punto a favor para que los más chicos sientan “tentación” o gusto por comer vegetales.
- Cocinar en conjunto: preparar el almuerzo o la cena con los más chicos puede brindarles atracción por probar lo que ellos mismos prepararon.
- No negociar los alimentos: dejar de lado los premios y castigos. A modo de ejemplo, si el niño/a come verduras podrá ingerir un postre de chocolate.
Fuente: Cronista