Florencia Massenzana será una de las integrantes del plantel albiceleste que disputará la primera edición de la Copa del Mundo en Inglaterra. Adquirió la pasión por el fútbol en la cancha de Chacarita, pero se hizo hincha de Boca
Por Fernando Taveira para Infobae
Desde muy chica, a Florencia Massenzana se le instaló la pasión por el fútbol. Sus días en la tribuna de Chacarita formaron los cimientos de un estilo de vida en el que la pelota aparecía como denominador común. Su padre fue el principal responsable de inducirla al deporte más popular del planeta, pero por la rebeldía de la edad y el amor de su abuelo por el Xeneize, la pequeña Flor adoptó un fanatismo incondicional por Boca y dejó en segundo plano al Funebrero.
A pesar de las diferencias por los colores, siguió acompañando a su papá al estadio de San Martín. Sobre todo cuando él llegó a ser dirigente de la institución bonaerense y necesitaba el apoyo de su hija para continuar con la tradición que habían comenzado desde su infancia. “Íbamos religiosamente a todos los partidos. Varias veces hubo discusiones con mi mamá, porque los domingos eran los días que podíamos estar todos juntos en familia, pero nosotros nos escapábamos a la cancha”, dice entre risas la mediocampista que integrará el plantel argentino en la primera edición de la Copa del Mundo femenina para no videntes que se disputará en Inglaterra.
Producto de una inconsciencia amparada en su poca experiencia en las gradas, en varias ocasiones se infiltraba con la barra de Chaca para descargar su bronca contra de los protagonistas que no cumplían con las expectativas. “¡Dale muerto! ¡Corré! ¡Hoy no podemos perder!”, eran algunos reclamos que esbozaba desde el otro lado del alambrado, antes de que su sangre negra, roja y blanca se le tiñera por la azul y oro. “Mi viejo me quería matar, porque en esa época había hinchas visitantes y no me daba cuenta de que a veces me podían escuchar. Eran chicanas y peleas divertidas. Más de una vez, alguien me habrá puesto mala cara”, sostiene con su cuota de humor.
Su última visita a la casa del Funebrero fue justamente en un duelo de Chacarita ante Boca. Fue la vez que pudo estar cerca al club de sus amores, dado que a La Bombonera sólo fue como turista para conocer El Templo y el museo. En el diálogo con Infobae aclara que no es “ciega completamente”, pero tiene “muy baja visión”. “En el colegio era una kamikaze, porque jugaba al fútbol con mis compañeros y veía muy poco. Tenía que estar acompañada de otra persona para que me ayudara”, describe sobre sus primeras aventuras con la pelota.
Si bien incursionó durante un semestre en una escuela especial, ella jamás sintió que le hiciera falta y continuó con sus estudios en el Instituto Maipú, donde valoró la solidaridad de sus compañeros, docentes y autoridades. “Lo único que necesitaba era tener a una maestra que me ampliara el tamaño de las letras. Siempre usé anteojos, que son como una lupa, y me pasaban los textos al tamaño 48 en una computadora para que pudiera leerlos. Era ese tipo de adaptaciones que requería. Siempre se portaron muy bien conmigo”, desliza con nostalgia. La instalación de una lámpara especial en su pupitre para tener mejor iluminación, el apoyo de sus compañeros, quienes “se peleaban” para dictarle lo que la profesora escribía en el pizarrón y la dedicación del personal marcaron a fuego la infancia de Florencia. Y cuando se recibió, decidió inscribirse en la facultad de psicología.
En 2017 se transformó en terapeuta y para promocionar sus servicios abrió una página de Facebook. El éxito no tardó en llegar. “Entre todas las personas que se contactaron, me puse a hablar por messenger con un chico que era ciego y me comentó que en su club existía un equipo femenino para no videntes. Ahí, quise probar”, recuerda emocionada. Es que siempre seguía la actividad de Los Murciélagos, pero desconocía que se estaba formando el seleccionado nacional femenino.
Con 25 años, un título debajo del brazo y las ganas de probar en el fútbol se sumó al Instituto Román Rosell, donde desarrolló un talento oculto. “La primera vez fue una locura, porque siempre que había jugado tenía muy poca visión, pero ese día me taparon completamente los ojos. Pasé de ver borroso a estar a oscuras completamente. Tenía que tratar de correr sin tener el miedo de chocar contra algo o alguien, pero la pasión era tan fuerte que me hizo ganar confianza en los que me guiaban”, explica con entusiasmo.
En breve se convirtió en una volante central defensiva que tomó como referencia a Javier Mascherano. “Me marcó mucho lo que hizo en el Mundial del 2014. Siempre lo admiré y me encantaría en algún momento tener un torneo así. Sería un sueño poder conocerlo personalmente”, subraya.
Concentrada en el Cenard junto al resto de la delegación albiceleste, Massenzana se afianza en el sacrificio que tuvo que hacer el equipo para disputar la primera edición de la Copa del Mundo que se disputará en Inglaterra. “Desde 2019, cuando comenzó el proyecto de la Selección, nos encontramos al menos una vez al mes para entrenar. Y durante la pandemia tuvimos que vernos por Zoom para hacer trabajos físicos sin tocar la pelota. Eso nos unió un montón, porque somos todas de distintas provincias y nos mantuvimos muy unidas dándonos ánimo mutuamente. El Mundial siempre fue la gran motivación, porque es un campeonato que estaba programado para el 2020 y se postergó por el COVID-19. En 2021, tampoco se pudo hacer por inconvenientes económicos y por fin llegó”, describe.
El plantel está compuesto por jugadoras de La Pampa, Córdoba, Mendoza, Buenos Aires y de las 25 que integran la delegación, sólo 10 reciben una beca de la Secretaría de Deportes de la Nación. Algunas cuentan con el apoyo de sus familias y pueden dedicarse al ciento por ciento al deporte, pero otros casos, como el de Florencia, deben afrontar compromisos laborales en empresas privadas y emprendimientos personales. “Tenemos futbolistas en todos los rubros, porque algunas se dedicaron al profesorado de música, otras a la educación física y otras son administrativas”, subraya. Su caso “es agotador”. Como ella misma lo describe, tiene que hacer malabares para que sus sesiones no coincidan con los entrenamientos. “Como soy mi propia jefa, me puedo adaptar a los horarios, pero es un esfuerzo muy grande porque hay que rendir bien en todo”, destaca.
Con los recursos que le brinda la psicología, la mediocampista apela a la visualización para mejorar su rendimiento en las canchas. “Se trata de pensar las jugadas que se quieren hacer, mantenerlas en la cabeza y que después las piernas respondan”, aclara. También son fundamentales las indicaciones que recibe del cuerpo técnico para tomar referencia de los arcos, las compañeras y las rivales.
En vísperas a la Copa del Mundo que se desarrollará en Birmingham a partir del 14 de agosto, Massenzana se ilusiona con lograr el máximo objetivo y sueña con levantar el trofeo más codiciado. “Todavía no termino de caer en lo que va a pasar. Va a ser una locura. Hoy visualizo al equipo llegando a la final. Tengo mucha confianza en que las cosas salgan como las pensamos. Si todo sale bien en los entrenamientos, también debería pasar en los partidos. Ojalá que podamos dejar una buena imagen representando al país”.
Además, ella contará con el apoyo incondicional de su novio Matías Olivera, quien viajará junto a Los Murciélagos para jugar el Mundial masculino que se disputará en paralelo en territorio británico. “El año pasado estuvo en la Copa América que se hizo en Mendoza y le ganaron a Brasil en la final. Fue una locura. La verdad es que aprendo un montón de ellos. Cuando veo cómo trabajan, trato de aplicar los conceptos que ellos hacen”, reflexiona.
El sueño está en marcha. Argentina compartirá su zona junto a Alemania, India y Austria (en el otro grupo estarán Inglaterra, Suecia, Japón y Marruecos) y buscará una de las dos plazas para las semifinales. El deseo de llegar al 21 de agosto, cuando se dispute el partido decisivo por la gloria se mantiene vigente. “Nos preparamos mucho para llegar a la final. Si bien hay muy poco material para analizar a las rivales y tuvimos pocos partidos entre selecciones, creo que formamos un gran equipo”. Ella tienen un sueño. El de llevar a la bandera celeste y blanca a los más alto en tierras inglesas. Un deseo que representa a un país.
EL PLANTEL ARGENTINO QUE VIAJARÁ A INGLATERRA A DISPUTAR EL PRIMER MUNDIAL FEMENINO PARA NO VIDENTES
Melody Azul Álvarez, Florencia Belén Massenzana, Barreneche Gracia Sosa, Micaela Segovia, Yohana Gabriela Aguilar, Melisa Alejandra Flores, Elena Iris Quinteros, María Constanza Carrizo, Agustina Medina Páez y Guillermina Corrales. Cuerpo técnico: Gonzalo Abbas Sosa, Sofía Noemí Jugo y Santiago Andrés.
Fuente: Infobae