María José Campos acaba de conquistar el campeonato argentino femenino; comenzó como autodidacta y hoy tiene cuatro entrenadores. Un caso atípico
Por
María José Campos -Majo para sus colegas y amistades- acaba de consagrarse como la nueva reina del ajedrez argentino; en gran labor, con 7,5 puntos sobre 9 posibles, se adjudicó el 74° campeonato superior femenino que se llevó a cabo en el Cenard, con la participación de 27 jugadoras, representantes de seis provincias argentinas.
La ganadora le contó a Infobae: “Estoy súper contenta porque parece mentira que hace sólo seis años estaba jugando mi primer campeonato argentino y hoy, después de tantas horas de esfuerzo y dedicación, pude alcanzar una de mis metas. El tiempo y la paciencia son fundamentales para todo, y el ajedrez te enseña eso”, dijo la joven campeona nacida en La Plata hace 24 marzos y que desde hace nueve años es vecina de Wilde.
-¿Qué otras cosas aprendiste con la práctica del ajedrez?
-Yo soy una luchadora porque mi vida ha sido una lucha. En el juego se refleja la vida de uno; cómo enfrentarse a las buenas y malas situaciones. Aprendí a manejar mis nervios, los pensamientos negativos, a mejorar la autoestima, planificar mis pasos, a darle tiempo al aprendizaje y al estudio para pensar y razonar mejor. Es que el ajedrez te inspira a ser inventivo, por eso me gusta más la creatividad humana que los cálculos exactos de una máquina o módulo de ajedrez. Si te aferrás sólo a lo que dicen los módulos vas a destruir tu creatividad; al momento de la partida sólo estás vos y tu rival, la máquina no va a venir a salvarte.
María José Campos, representante de la Federación Metropolitana de Ajedrez y del Club Obras Sanitarias, tiene el rostro ovalado y una sonrisa amplia que se le escapa cada vez que habla de ajedrez. Es que El ajedrez es mi vida, dice la flamante reina y explica por qué en un momento incluso fue su tabla de salvación.
“No tengo relación con mi familia; con mi papá Humberto, mi mamá Gladys y mi hermano Ariel. Lo tomo como una prueba que te depara la vida; tal vez el paso del tiempo ponga las cosas en su lugar. Vengo de un hogar en el que no se promovía ni el estudio ni el deporte; mi vida era ir al colegio y regresar a casa. A los 15 decidí marcharme y me fui a vivir con mi novio a Wilde. Mi mala formación en el secundario -una escuela en la que bastaba dar el presente para pasar de año- me impidió estudiar la carrera de Ingeniera Civil; sabía que sufriría y perdería el tiempo porque para cursar el CBC debía volver a aprender cosas básicas que no me habían enseñado. Ahí fue cuando Diego Fuxz, mi novio, hoy mi marido (se casaron en tiempos de pandemia) me enseñó el ajedrez. Cuando vi los movimientos de las piezas el juego me cautivó; enseguida me enamoré del ajedrez. Yo nunca había practicado un deporte y por primera vez en mi vida sentí la necesidad de sumergirme en el hábito de la lectura. Quería aprenderlo todo”, aseguró la flamante campeona argentina.
-El tuyo es un caso raro, los ajedrecistas aprenden a jugar a los 6 o 7 años y vos aprendiste a los 15. ¿Cómo fue tu carrera?
-En 2014 con Diego (él era aficionado) aprendí los movimientos y tres años después pude entrar al ranking con 1500 puntos de Elo, y así jugué mi primer campeonato argentino. Dos años después, en 2019, me consagré campeona argentina Sub 20, y obtuve mi primer título, el de Maestra FIDE, ya con 2100 puntos. Además, no tenía dinero y ni idea de cómo estudiar con un entrenador. Así que me devoré los cuatro tomos de Roberto Grau, varios libros de medio juego de autores rusos como Artur Yusúpov y Mark Dvoretsky, y como me gusta mucho la historia del ajedrez empecé a ver libros de los grandes campeones mundiales, Botvinnik, Capablanca, Karpov y Kasparov y así conocí cómo fue evolucionando el juego.
-¿Y ahora estás en lo mejor de tu carrera?
-La verdad es que la vida del ajedrecista es un sube y baja; llegué a tener 2275 puntos de Elo, hoy estoy en 2208 puntos y me ubicó 4ª en el ranking de las mujeres argentinas. Pero sí, desde mediados de 2022 hasta este momento viví cosas muy lindas, como representar a mi país en la Olimpíada de Chennai, en la India; ganar el Zonal Sudamericano en Paraguay, ahí obtuve el título de maestra internacional; jugar la Copa del Mundo en Bakú, y ahora, después de seis intentos fallidos, consagrarme campeona argentina.
-¡Cuántas emociones!
-Sí, y muy seguidas (risas). Tal vez lo más fuerte fue el viaje a la India, yo sólo conocía del exterior Bolivia y Paraguay, y de pronto llegué a un país enorme con una cultura particular y estaba en una sala con más de 2000 ajedrecistas de todas partes del mundo. En ese salón de juego podía verles las caras de los maestros y maestras que yo sólo las conocía por la computadora; ahora estaba ahí jugando con ellos. Fue muy fuerte todo y en un momento estallé en lágrimas, pero lo pude manejar y volverme a concentrar, porque a la media hora empezaban las partidas.
Más adelante, sin perder la calma y la concentración, Majo Campos, la joven de corazón ingenuo y sentimientos diáfanos, se refirió al control de las emociones y empatía al momento de la definición del campeonato que acaba de conquistar. Es que, al comienzo de la última rueda del certamen, Campos compartía la primera ubicación con la ajedrecista cordobesa, Milagros Brizzi; ambas con el mismo puntaje fueron ubicadas en las mesas 1 y 2 del salón de juego. Una victoria significaba asegurarse el primer puesto, el empate o la derrota condicionaba la espera hasta la resolución de lo que sucedía en la mesa de al lado. Campos conducía las blancas ante la ex campeona argentina, Anapaola Borda mientras que Brizzi, también con blancas jugaba con Karen Gaite, una rival algo más accesible en la previa del juego.
-¿Cómo fue jugar esa partida decisiva teniendo a tu rival enfrente y a la competidora por el primer puesto en la mesa de al lado?
-Soy una persona que se pone muy nerviosa antes de comenzar a jugar; cuando arranca la partida, ya está, a partir de ahí soy yo y mis piezas. Nunca miré lo que estaba pasando en la mesa de al lado; me concentré en jugar y ganar mi partida. Anapaola además de ser una amiga es una gran jugadora y ya me había sorprendido en otros enfrentamientos. Así que fue todo memoria, cálculo y concentración durante las tres horas que duró nuestra partida. Recién cuando ella abandonó le di un vistazo a lo que estaba sucediendo en la mesa de al lado; me pareció que podía ser tablas. Cuando me dijeron que acordaron el empate me fui a festejar con mi marido que estaba haciéndome el aguante afuera de la sala de juego. También saludé y agradecí a muchos de mis seguidores que me enviaron su buena energía a través de mis redes sociales de IG, FB y X.
-¿Me imagino que tenés muchos sueños por cumplir?
-Sí, seguro, pero de a poco. Siempre la prioridad es subir el nivel de juego, tengo dos entrenadores (Sergio Slipak y Roberto Servat) que me da la federación argentina y otros dos, Martín Bitelmajer y Gustavo Cellis que yo contraté. ¿Un sueño? A ver, dejame pensar. ¡Ya sé! Me gustaría ser la primera ajedrecista de Latinoamérica en lograr el título de gran maestro masculino, pero para eso hay que trabajar mucho. Sería de gran ayuda que aquellos clubes o ciudades que organizan esos torneos que dan normas para el título pudieran invitarme. ¡Yo encantada de jugar!
-Sos una jugadora profesional, ¿podés vivir del ajedrez?
-No es fácil, con Diego, mi marido somos un equipo. Él es farmacéutico y yo aporto lo que gano en esta actividad. Tengo una beca de la Secretaría de Deportes, el apoyo de mi club, Obras Sanitarias y desde hace un año, el Intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, me acompaña en cada paso de mi carrera.
Durante la ceremonia de cierre del certamen llamó la atención la diferencia generacional entre las 27 participantes; las edades de las ajedrecistas oscilaban desde los 10 hasta los 60 años. Una realidad que comienza a asomarse y en la que cada vez más mujeres se acercan al ajedrez, aunque la diferencia con los hombres es aún muy significativa
“La sociedad está cambiando, las mujeres nos animamos a hacer más cosas; ya no te sorprende ver a una chica manejando un colectivo o un taxi. Y en el ajedrez pasa lo mismo, cada vez son más y esto va a seguir creciendo. Es verdad que la serie “Gambito de dama” contribuyó mucho, pero las mujeres nos estamos animando a meternos en algunos sectores que hasta hace poco eran exclusivos de los varones. ¿Si hay diferencia entre hombres y mujeres en el ajedrez? Para mí, la principal diferencia es el género; yo hoy estoy jugando ajedrez, pero tal vez mañana me gustaría ser mamá y no sé si podré hacer las dos cosas porque no dejaría de amamantar a mi hijo por tener que ir a jugar una partida. Pero es importante lo que está sucediendo, que los padres también acompañen a sus hijas en el deporte; hasta hace poco los nenes desde chiquito jugaban en las escuelitas de fútbol, y las nenas se quedaban en casa jugando a las muñecas.
María José Campos, la nueva reina del ajedrez argentino; una joven luchadora, incansable, que desafió su destino. Apostó al amor y ganó la batalla.
Fuente: Infobae