Los guatemaltecos castigaron el domingo en las urnas al sistema político, al dejar como ganador de la primera ronda presidencial al comediante Jimmy Morales, que hace cuatro meses ni siquiera era favorito, y fragmentar el voto entre numerosos partidos.
“Sí, hay un voto de castigo. El que quiera decir lo contrario creo que quiere tapar el sol con un dedo”, dijo Morales, de 46 años, después de cuatro meses de protestas de los ciudadanos en las calles e investigaciones por corrupción que provocaron la semana pasada la renuncia y detención del presidente Otto Pérez.
Morales tendrá que dirimir la presidencia el 25 de octubre en segunda ronda con un rival todavía no definido, que surgirá entre el derechista Manuel Baldizón y la socialdemócrata Sandra Torres debido a su virtual empate. Ninguno de los 14 candidatos llegó a un 30 por ciento en primera ronda, por primera vez en décadas.
El ganador del primer sitio, que es actor y empresario de televisión, graduado en administración de empresas y con estudios militares, obtuvo por el Frente de Convergencia Nacional un 25,99 por ciento de los votos, con un 80 por ciento del escrutinio.
Baldizón, del partido Libertad Democrática Renovada (Líder), y Torres, que había sido el favorito la mayor parte de la contienda e hizo gastos millonarios de campaña, sólo pudo recoger un 18,43 por ciento de los votos, apenas por delante de Torres, que obtuvo el 17,67.
Según la ley electoral guatemalteca, si ningún aspirante logra más del 50 por ciento de los votos, los dos mejor situados tienen que ir a una segunda ronda.
“El pueblo ha hablado y los políticos tenemos que escuchar su voz. Debemos esperar resultados finales con calma”, dijo Torres, ex esposa del presidente Álvaro Colom (2008-2012), que fue candidata de la Unión Nacional de la Esperanza (UNE, socialdemócrata).
Morales, el más buscado por la prensa después de su victoria parcial, atribuyó el resultado a que “la gente se hartó”. “La coyuntura es algo que nadie puede negar”, indicó. “Nuestro compromiso es que la gente encuentre realmente en nosotros la opción que no encontró en otras agrupaciones”.
El magistrado Luis Solórzano, del Tribunal Supremo Electoral, indicó que pese a la leve ventaja de Baldizón, hay un “posible empate” con Torres y explicó que el tribunal tiene cinco días para revisar los resultados preliminares. “Hasta que se haya agotado toda esa fase se obtendrán los resultados finales”, dijo.
Las elecciones se desarrollaron en un ambiente tranquilo después de las protestas multitudinarias pacíficas realizadas desde abril y pese al desencanto del electorado, que eligió también a 158 diputados, 338 alcaldes y 20 miembros del Parlamento Centroamericano. Unos 7,5 millones de guatemaltecos fueron convocados a las urnas.
El juez Miguel Angel Gálvez, que en las últimas semanas ligó a proceso y dictó prisión preventiva a la ex vicepresidenta Roxana Baldetti, además de arrestar a Pérez de manera provisional mientras decide su procesamiento, fue ovacionado cuando fue a votar.
El juez tiene a cargo el caso de la organización criminal denominada “La Línea”, dedicada a la defraudación tributaria y que fue desarticulada el 16 de abril por una comisión internacional dependiente de la ONU y la Fiscalía.
Baldetti y Pérez son acusados de haber dirigido la estructura. Gálvez programó para el martes la audiencia para dar a conocer su decisión sobre si liga a proceso al ex mandatario, que está bajo arresto en el cuartel militar de Matamoros.
“Lo bonito es que nos hicimos valer como pueblo2, dijo Miguel Ángel Santizo, un mecánico de 51 años, al salir de su centro de votación en Ciudad de Guatemala, aunque dijo que es demasiado pronto para cantar victoria.
“Guatemala dio un ejemplo de civismo ante el mundo”, dijo el presidente Alejandro Maldonado, que sustituyó a Pérez después de su renuncia el jueves para los cuatro últimos meses de su mandato. Ahora “hay que vigilar constantemente para que el sistema se depure”, indicó al acudir a votar.
En Guatemala, el país más poblado de Centroamérica con 15,8 millones de habitantes, se celebraron en 1985 por primera vez elecciones democráticas después de continuos regímenes militares, autoritarios y fraudulentos.
En 1996 se firmaron los acuerdos de paz con la insurgencia que pusieron fin a 36 años de lucha armada, que dejaron más de 200.000 muertos y 45.000 desaparecidos, según un informe de la Comisión de la ONU para el Esclarecimiento Histórico.
