Lisboa fue el escenario de un hito histórico en la Champions League con el estreno del Astana de Kazajistán, que realizó un viaje de aproximadamente 6.100 kilómetros para enfrentarse a Benfica , la mayor distancia recorrida por un equipo en la historia de la competición. Tras 90 minutos, la derrota por 2-0 -goles de Nicolás Gaitán y Mitroglou- fue un golpe de realidad para un equipo que suma millas al mismo tiempo que intenta hacer caer viejos muros futbolísticos en Europa.
El trayecto entre Astaná, la capital kazaja, y Lisboa supera todos los registros de los torneos europeos, hasta ahora liderados por la eliminatoria de la fase previa de la Europa League de este año entre el Aberdeen escocés y el también kazajo Kairat Almaty, separados por algo menos de 5.500 kilómetros. El partido entre Benfica y Astana supuso, además, el primer encuentro en Champions de un equipo de la antigua república soviética. El club kazajo, que se clasificó tras vencer al Apoel de Nicosia, es a priori el más débil del Grupo C, en el que compite con Atlético de Madrid, Galatasaray y el mencionado Benfica.
Una de las anécdotas de la llegada del Astana a la máxima competición del fútbol europeo la protagonizó el delantero alemán Lukas Podolski, actualmente en el Galatasaray, quien nada más saber que sería uno de los rivales de su equipo, colocó una foto a través de las redes sociales del famoso Borat, un personaje satírico de nacionalidad kazaja creado por el humorista Sacha Baron Cohen. “No puedo esperar…”, comentó el germano tras compartir una fotografía de Borat, acción por la que terminó pidiendo disculpas.
Frente a estas reacciones, Astana tiene ahora la oportunidad de ayudar a cambiar la imagen de su país y asociar Kazajistán al fútbol de calidad. El conjunto kazajo forma parte de un conglomerado deportivo llamado “Astanat Presidential Sports Club”, fundado por el presidente del país, Nursultan Nazarbayev, y que reúne a clubes de diferentes modalidades deportivas. Esta iniciativa surgió en 2013, en una ceremonia que contó con nombres de prestigio como el portugués Luis Figo o el alemán Oliver Khan, y tiene por objetivo ayudar a los deportistas nacionales a llegar a la escena internacional.
Astana, antes de su clasificación a la Champions, logró cinco títulos nacionales en apenas seis años de existencia. Los primeros llegaron en 2010 con la Copa de Kazajistán y la Supercopa, victorias que le daban un billete para la Europa League, pero que terminó por no ser válido debido al reglamento de la UEFA, que impidió su participación por sus pocos años como club.
En 2011 volvió a conseguir la Supercopa -victoria repetida también este año-, en 2012 ganó su segunda Copa y en 2014 logró su primera Liga. Astana cuenta con estrellas con luz propia, como el joven volante serbio Nemanja Maksimovic, campeón del mundo sub 20, así como con el delantero kazajo Bauyrzhan Dzholchiyev, de 25 años. Los jugadores llegaron el domingo a Lisboa después de un viaje de diez horas de avión chárter, que hizo escala en Bulgaria, y poco después de aterrizar ya se entrenaron en suelo luso. La derrota sufrida en el otro extremo del Viejo Continente terminó siendo un baño de realidad, pero es sólo el primer paso para una institución que crece a fuerza de una abultada billetera y sueña con mejores resultados a futuro.
Astana es el equipo de la capital kazaja y cuenta con un estadio “cuatro estrellas”, según el estándar de la UEFA. El país, ubicado al sur de Rusia, llevará el mejor fútbol de Europa ‘al corazón de Asia’.