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Osteoporosis, la silenciosa enfermedad de los huesos que más afecta a los argentinos

Osteoporosis, la silenciosa enfermedad de los huesos que más afecta a los argentinos

El esqueleto, un conjunto de huesos que se modifica constantemente y se renueva cada diez años, comienza a partir de los 30 a realizar el proceso de recambio cada vez más lento. Es así que cuando la pérdida de masa ósea se hace más severa se puede producir osteoporosis, una enfermedad esquelética sistémica caracterizada por el deterioro de la microarquitectura de los huesos y por una resistencia cada vez más débil.

Sin embargo, la osteoporosis no presenta síntomas y suele descubrirse recién cuando se produce la primera lesión grave o fractura, que generalmente se da en muñecas, caderas y vértebras.

Las fracturas de columna vertebral y cadera son las más complejas: la primera produce graves consecuencias -internación, tratamiento quirúrgico y mayores riesgos de mortalidad y discapacidad- y la segunda presenta un carácter asintomático.

En Argentina se producen aproximadamente 90 fracturas de cadera por día

En el marco del Día Mundial de la Osteoporosis, la recomendación de los especialistas es que las mujeres se realicen una densitometría a partir de los 65 años y los hombres, desde los 70 años. En mujeres menores de 65 años se realiza un control en la postmenopausia siempre y cuando hayan tenido o tengan factores de riesgo como haber fumado, bajo peso, haber consumido corticoides o padecer alguna enfermedad como celiaquía. El diagnóstico temprano permite detectar esta enfermedad que no presenta síntomas y que se manifiesta finalmente con una fractura que podría ser evitada.

Su carácter asintomático la convierte en una “enfermedad silenciosa”, con gran prevalencia en mujeres que transitan menopausia, momento de una disminución acentuada de los estrógenos. Si bien los hombres también sufren pérdida de tejido óseo, la padecen a menor velocidad que ellas. La proporción estimada indica que una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años padecen ese tipo de fracturas. Sólo en la Argentina, tres de cada diez personas sufren esa complicación.

“Las fracturas por fragilidad no son un accidente, sino más bien señales de alerta. Una persona que ha sufrido una fractura osteoporótica duplica su riesgo de sufrir una fractura futura si no es diagnosticada ni tratada por osteoporosis”, señaló Ramiro Puerta Franchi (MN 129896), reumatólogo, coordinador de guardia de la Clínica Zabala.

En la Argentina, de acuerdo con los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dos de cada cuatro mujeres mayores de 50 años tienen osteopenia (un nivel de deterioro óseo de menor grado que la osteoporosis) y una, osteoporosis propiamente dicha.

Con la edad no sólo se deteriora la calidad del tejido óseo, sino que además los músculos pierden su fuerza y su función. La persona siente de a poco que ya no tiene la misma velocidad al caminar o pierde la capacidad de respuesta rápida ante las caídas. Por ello también es necesario a determinada edad hacer una evaluación sobre el funcionamiento muscular integral, para acompañar la prevención de accidentes o fracturas a edades avanzadas.

Aunque afecta a mayores de 50 años también puede darse en mujeres jóvenes por problemas de alimentación (IStock)

Aunque afecta a mayores de 50 años también puede darse en mujeres jóvenes por problemas de alimentación

Aunque comúnmente es una patología ligada a la postmenopausia, también afecta a mujeres jóvenes, que pueden padecer fracturas por descalcificación, en particular cuando sufren bajo peso o no se alimentan adecuadamente. La osteoporosis es una enfermedad tratable, pero requiere de cambios en el estilo de vida, ingesta adecuada de calcio y vitamina D, ejercicios físicos y medicamentos que aumenten la masa ósea y disminuyan el riesgo de futuras fracturas. Es por eso que se aconseja cuidar la salud de los huesos todos los días con pequeños cambios de hábitos:

Según el especialista, el ejercicio físico, la vitamina D y una dieta rica en calcio son tres pilares infaltables en la lucha contra el desgaste óseo. La actividad física regular, una alimentación que incluya lácteos, una cantidad adecuada de ingesta de proteínas y exposición regular al sol son claves en la prevención del deterioro de los huesos. Por otro lado, tanto el cigarrillo como la ingesta de alcohol son nocivos para el esqueleto.

Actividad física: En cuanto al ejercicio, media hora de caminata diaria alcanza para conservar tonos musculares y densidades óseas adecuadas, así como mejorar los reflejos y al mismo tiempo disminuir la incidencia de caídas que predisponen a fracturas.

Alimentación: También se necesita alrededor de 1300 miligramos de calcio diariamente, o lo equivalente a dos vasos de leche, una rodaja de queso, 2 cucharadas de ricota y un yogur bebible. También hay que tener en cuenta que hay otros alimentos que aportan calcio, como las legumbres, pescados y algunas verduras.

Sol: La vitamina D es de suma importancia para la buena absorción del calcio en el intestino. Sin embargo, está poco distribuida en los alimentos, ya que su fuente principal es la exposición al sol. La piel produce grandes cantidades sólo de esta manera. En estudios realizados por los profesionales del Hospital de Clínicas de Buenos Aires, se detectó una alta prevalencia de deficiencia de vitamina D en mayores de 65 años de todo el país. Sólo uno de cada nueve tenía el nivel adecuado y recomendado.

En verano se estima que se necesitan 5 minutos de exposición y en invierno media hora. En un promedio se recomienda una exposición de 15 minutos diarios, fuera de los horarios pico de radiación solar y centrada principalmente en cara, brazos y piernas.

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