Si es de los que en la valija pone notebook, tablet y celular y lleva esos dispositivos en el bolso de playa, esta nota es para usted.
Si bien se trata de una adicción relativamente nueva, la adicción a la tecnología no reconoce períodos en el año. Se es adicto durante el período laboral y también durante las vacaciones. Por eso es importante aprender a relacionarse sanamente con la tecnología, sobre todo durante las vacaciones para lograr un descanso reparador que permita seguir con las obligaciones el resto del año.
Esta adicción no se da sólo en los adultos, sino también en niños, adolescentes y jóvenes. El uso de la tecnología por parte de los niños, niñas y jóvenes es un fenómeno que está lejos de cambiar. Por el contrario, un informe de UNICEF (2017) reveló que los jóvenes son la generación más conectada y que los menores de 18 años representan uno de cada tres usuarios de internet en el mundo. De acuerdo a un estudio de la Universidad de Los Andes, niños, niñas y jóvenes pasan, en promedio, seis horas al día frente a un dispositivo electrónico.
Volviendo al concepto de adicción, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una adicción es un estado de intoxicación crónica y periódica originada por el consumo repetitivo de una droga, natural o sintética y se caracteriza por: una compulsión a seguir consumiendo de cualquier forma, tendencia a aumentar la dosis, genera dependencia física y psíquica de los efectos y genera consecuencias perjudiciales para la propia persona y la sociedad en general.
Claramente en la adicción a la tecnología, no hay sustancia tóxica, y por ello es clasificada en las adicciones psicológicas o sin droga. Un dato curioso es que el uso alto o excesivo de internet, está clasificado en más de 11 horas semanales.
La OMS señala que una de cada cuatro personas sufre trastornos de conducta vinculados con las nuevas tecnologías.
Aunque la Argentina no tiene demasiadas estadísticas al respecto, según los registros del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (Ceeta), desde 2014 se vienen dando más consultas asociadas con el mal uso de los dispositivos digitales y el número sigue en aumento.
Es cada vez más notable cómo aumentaron las aplicaciones (apps) para los celulares, las tablets o notebook. Sin duda la gran mayoría ofrecen soluciones para la vida diaria y nuevas formas de mantenerse comunicados en un mundo tan caótico como el actual. Hay apps para jugar, para viajar, para conseguir descuentos, para hacer las transacciones en el banco, para bajar de peso, para hacer ejercicio y la lista es interminable.
“El problema se nos plantea cuando la línea entre uso y abuso se torna delgada e imperceptible a tal punto que más que soluciones nos trae serios problemas. Pareciera que cuanto más liberados nos sentimos por poder llevarnos ‘todo’ (trabajo, juegos, contactos, redes sociales, etc.) dentro de un pequeño teléfono, más esclavos y rehenes quedamos, sujetos a su uso. El uso de las mismas llegan a suponer hasta un 86% del tiempo de ocupación”. La licenciada en Psicología María Cecilia Palozzo (MN 34964) señaló que “desde hace unos años existe un diagnóstico popular llamado FOMO (fear of missing out) o temor a quedar desconectado o fuera de circulación en las redes sociales, que suele afectar más a prepúberes y a mujeres”.
Para la especialista del staff del Ceeta, “se asocia con trastornos de ansiedad generalizada y fobia social”.
En tanto, la licenciada en Psicología Gabriela Martínez Castro (MN 18627), directora del Ceeta, agregó: “Los adolescentes todavía no tienen una identidad formada, sino una identidad de grupo. Son en la medida en que pertenecen a un grupo como Facebook, Twitter, Instagram, Whatsapp y tantos otros. A las mujeres también las afecta porque son multitasking, tienen muchos roles: laboral, familiar, social, académico”.
“Es importante aprender a utilizar la tecnología correctamente para que sea ella quien esté a nuestro servicio y no al revés. Un buen comienzo es conocer cuáles son los síntomas típicos de un uso compulsivo, cuándo se trata de una adicción, y cuáles podrían ser sus consecuencias -sostuvo Palozzo-. Es importante destacar que no todas las personas son susceptibles de generar una adicción, ya que para ello implican una serie de factores, entre los cuales se destaca una predisposición o vulnerabilidad”.
Algunos síntomas de alarma para tener en cuenta
● Cuando la ansiedad comienza a ser marcada, definida, persistente, generando una necesidad urgente por tener que re-chequear, el celular o la tablet, una y otra vez en cortos periodos de tiempo, o utilizar una determinada app, como ser un juego.
● Cuando sentimos que el uso del smartphone o la tablet, regla el funcionamiento de nuestra vida a tal punto de traernos problemas a nivel laboral, socio afectivos como también sobre nuestra salud. Por ejemplo restar horas al descanso sobretodo de noche por estar conectados, no realizar actividad física por pensar que “no tenemos tiempo” para ello, etc.
● Al sentir malestar intenso, angustia e irritabilidad si no se logra conectar o acceder a la app deseada o se corta la conexión.
● Problemas de salud como irritabilidad en los ojos, problemas asociados a la mala postura como contracturas severas, dolor de espalda, dolor de cabeza.
En ese punto, Palozzo recomendó “tratar de limitar el uso de los smartphones o tablets, prolongando el tiempo entre los chequeos de los mismos, incluir una rutina de actividad física, proponerse apagar los mismos a un horario determinado antes de irse a dormir, son simples actitudes que pueden empezar a cambiar para disponer mejor de la tecnología que tan importante es en nuestra vida”.
Las mujeres y los adolescentes suelen ser más propensos a padecerla. “A los adolescentes porque están fuera del contacto con sus redes sociales y también porque quedan fuera del alcance de sus padres, a quien tienen como forma de protección a través del celular”, aseguró Martínez Castro.
“Y en las mujeres, por los múltiples roles (laboral, académico, familiar, coordinación del hogar, etc) y por cuestiones biológicas que afectan directamente lo hormonal y aumenta la necesidad de control para evitar futuros eventos negativos”, agregó.
Los adultos significativos en la vida de los niños ejercen una influencia importantísima a través de su comportamiento llevando a situaciones tales como no poder dejarlo incluso en los momentos de reunión familiar como puede ser compartir una cena o reunión.
En qué consiste el tratamiento
“Cuando la adicción afecta la vida cotidiana, cuando se dan síntomas físicos y psíquicos hay que consultar inmediatamente a un especialista porque estos trastornos de ansiedad van evolucionando con el tiempo y no se pueden resolver de otra forma que no sea con un tratamiento adecuado, como la terapia cognitivo-conductual”, indicó la especialista en trastornos de ansiedad.
En el caso de los chicos, “es importante que los padres les pongan límites a los chicos y que los incentiven a través de otros recursos para que, movilizados por el aburrimiento, utilicen más su creatividad”, sostuvo Martínez Castro, y destacó: “A través de nuestras técnicas de psicoterapia cognitiva conductual, recomendamos empezar por apagar los dispositivos por períodos cortos, que con el tiempo se van extendiendo, hasta convertirse en momentos específicos, los de conexión”.
Según los especialistas, la clave es aprender a controlarse, desprenderse de la tecnología de forma gradual, afrontar de forma aislada las sensaciones y pensamientos negativos derivados de este padecimiento como pueden ser las crisis de pánico
Para prevenir este problema, se recomienda a los padres evitar que los hijos tengan conexión a la red desde su habitación y establecer unos horarios para un uso correcto de las tecnologías. “Hay que separar momentos. La noche es para dormir y, por lo tanto, el móvil debe de estar apagado; del mismo modo, que la cena es para comer y no para estar con el móvil”.
Fuente: Infobae