Presente en la agenda social, la sostenibilidad también es parte de los procesos de diseño actuales. Tres casos que ayudan a construir un mundo mejor
Además de estar presente en la agenda social actual, la sustentabilidad también es parte de los procesos del mundo del diseño. Algunos de los casos que ayudan a construir un mundo mejor:
Todos los años la automotriz Lexus convoca a jóvenes diseñadores a un concurso internacional con diferentes temáticas. La de 2018 fue CO, prefijo que proviene del latín y significa “juntos en armonía”.
Uno de los proyectos ganadores pertenece al estudio de diseñadores portugueses Digitalab. Lo interesante fue que el sistema presentado transformaba un recurso totalmente natural como el hilo de corcho, a través de un proceso computarizado, en mallas textiles maleables y resistentes, potencialmente aplicables a diferentes productos de diseño. En el stand se pudo observar la aplicación en lámparas, muebles y revestimientos.
El proyecto Pet Lamp es otro ejemplo de diseño sustentable, en este caso aplicado a lo social. Se basa en el uso del descarte de botellas de plástico Pet que, atravesadas por las técnicas tradicionales de tejidos indígenas, se transforman en pantallas únicas y hechas a mano.
Se crea así un ciclo sustentable para este material de descarte que es tan dañino para el medio ambiente. Fundado por el diseñador español Álvaro Catalán de Ocón, Pet Lamp busca revitalizar la artesanía del tejido entre las comunidades indígenas de todo el mundo. Empezó en Colombia y siguió por Japón, Etiopía, Chile y Australia. En esta edición de Milán Design Week se presentó en Spazio Ro, la galería Rosana Orlandi.
La asociación entre grandes marcas y comunidades autóctonas es otro camino a seguir en la búsqueda de la sustentabilidad. La colección Garden Layers, con diseños de Patricia Urquiola, para la firma de muebles de exterior Gandia Blasco es un ejemplo.
La cama india presentada por la marca española está realizada con en aluminio termolaqueado, pero todo su textil es un tejido que se realiza con fibras de polipropileno, aptas para exteriores.
Llama la atención el acuerdo entre la empresa y cooperativas locales en comunidades de la India. Allí mujeres y hombres forman parte, a través de sus telares, de la creación de esta colección. La cama india termina siendo un aporte cultural de una pequeña región que ingresa en el mercado global, a través de una empresa que busca resaltar estos orígenes.
Por Gabi Lopez
Fuente: Infobae