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La historia de Victoria Costa, la sorpresa de la selección argentina para el sudamericano femenino Sub 20

La historia de Victoria Costa, la sorpresa de la selección argentina para el sudamericano femenino Sub 20

Es la única jugadora del plantel que juega en Europa. Cómo fueron sus comienzos jugando con varones y su formación en el país de las campeonas mundiales

Cuando estaba embarazada y su bebé pateaba, Laura no hacía más que pensar: “Va a ser varón y futbolista”. El tiempo le dio la razón con solo una de sus dos conjeturas. La que estaba dentro de la panza era Victoria, que a sus 19 años acaba de convertirse en la gran sorpresa de la selección argentina que en unos días comenzará a disputar el Sudamericano femenino Sub 20. Vicky, como todos la conocen, hoy juega en el Rayo Vallecano B de España y es la única integrante del equipo nacional que milita en Europa.

La historia de Victoria Costa comenzó como la de casi todas las nenas que descubren su pasión por el fútbol a corta edad: jugando con varones, porque no había equipos femeninos. De chica, a su mamá no le gustaba que jugara y ella le pedía a las autoridades de su colegio que le avisaran cuando llegaba a buscarla, así hacía a tiempo de limpiarse y disimular que se había pasado horas detrás de la pelota junto a sus compañeros.

“De chica me encantaban los deportes. Me gustaban todos y los aprendía fácil, pero el fútbol siempre se destacó para mí. Sobre todo por el ambiente que genera, por la hinchada. Eso fue lo que me gustó siempre”, cuenta Vicky, sentada frente a su mamá en un bar del centro de la Ciudad de Buenos Aires.

Las tardes pasaban entre “picaditos” con los vecinos de Ingeniero Maschwitz. En el potrero, todos se peleaban por tenerla en su equipo. En sus cumpleaños, los regalos siempre eran camisetas de fútbol, pelotas o botines. “Nunca tocó una Barbie”, recuerda Laura que, a pesar de su disconformidad en los primeros años, hoy es la fanática número uno de su hija.

Cuando tenía diez años, la vida de Vicky tuvo un cambio que sería decisivo: su papá aceptó una oferta para ir a trabajar a Panamá, por lo que toda la familia -el matrimonio y sus dos hijas- hizo las valijas y se mudó al país centroamericano. Allí, la joven argentina continuó jugando al fútbol en el equipo de su escuela. Con ese conjunto disputó un torneo intercolegial en el que no solo salió campeona, sino que fue la goleadora y le entregaron el premio a la mejor jugadora. Con su talento ya se destacaba por sobre sus compañeras.

Por esos tiempos, además, empezó a concurrir a unos campamentos que se hacían en la Academia IMG de Florida, Estados Unidos. Fue a tres en menos de dos años. La actividad principal de esos encuentros era jugar al fútbol. En una de esas ocasiones, le ofrecieron una beca para quedarse estudiando allí e integrar el equipo Sub 15 de la institución.

Vicky tenía solo 12 años pero no lo dudó: vio la oportunidad y decidió irse a vivir sola a Estados Unidos. Pero, para lograr su sueño, debía convencer a sus padres. “Nos torturó”, asegura Laura. Finalmente, ante la insistencia de la adolescente, no tuvieron más remedio que dejarla ir. Fue así como la argentina comenzó su etapa en el país de las campeonas del mundo en fútbol femenino.

“Yo hablaba solo lo básico de inglés, así que fue una adaptación y un cambio de cultura bastante grande, pero pude hacerlo bien y me terminé quedando seis años. Hice séptimo grado, toda la secundaria y me gradué ahí. Fue muy lindo”, cuenta Vicky sobre su paso por ese “Disney del deporte” en el que vivía, estudiaba y jugaba al fútbol. En ese lapso, se destacó a nivel individual y colectivo, ganó múltiples premios y también atravesó tiempos difíciles.

Durante su paso por Estados Unidos, la jugadora argentina se rompió la rodilla tres veces. La primera fue una rotura de meniscos en la pierna izquierda, luego sufrió dos roturas de ligamentos cruzados en la derecha. El próximo 14 de marzo se cumplirá un año de la última vez que debió poner en suspenso su carrera. Sin embargo, abandonar nunca fue una opción. “Lo peor es no poder hacer lo que una quiere. Pensás ‘¿Por qué yo?, pero eso también te hace crecer mucho como persona y aprendés que las cosas pasan por algo. Obviamente tuve etapas en las que no quería hacer más nada, pensaba en el dolor, en ir todos los días a rehabilitación….pero nunca dije ‘Ya está’”, sostiene Vicky, que la última vez que pasó por el quirófano fue operada por el médico de River, Pedro Hansing.

Con el equipo de IMG solían hacer giras fuera de Estados Unidos. En uno de esos viajes fueron a Madrid y entrenaron en las instalaciones del Rayo Vallecano. En un equipo compuesto casi íntegramente por jugadoras estadounidenses, Vicky era una de las pocas que hablaba español. En una de las prácticas se le acercó un entrenador del club español y le ofreció quedarse a jugar ahí. A la delantera le faltaban dos años para terminar la secundaria, pero la idea le quedó dando vueltas en la cabeza.

En diciembre de 2018, Vicky se graduó en la Academia de Florida. Por ese entonces, ya le habían otorgado una beca deportiva en una universidad de Estados Unidos y tenía un compromiso para continuar sus estudios allí. Sin embargo, ella sentía que su etapa en ese país ya estaba cerrada. “A último momento decidí que que quería un cambio para mi vida. Dije ‘Me quiero ir a Madrid’, así que busqué una universidad y vivienda. Volví a hablar con aquel entrenador del Rayo y le dijo que iba para allá”, recordó.

La futbolista argentina llegó a España en enero de 2019. Durante un mes y medio estuvo a prueba en el Rayo Vallecano. En marzo, como la cursada en la universidad -donde eligió la carrera de Periodismo y Publicidad en su versión bilingüe- no comenzaba hasta agosto, tomó la decisión de irse por un tiempo con su familia a Panamá. Al llegar, la contactaron de IMG para preguntarle si quería jugar una serie de partidos con su antiguo equipo. Vicky no dudó y fue. Tenía que quedarse solo una semana, pero ella quiso extender su estadía para participar de algunos encuentros más. Sus padres no querían, pero ella insistió. En uno de esos partidos fuera de calendario sufrió la segunda rotura de ligamentos cruzados de su carrera.

La rehabilitación la hizo en Panamá y en agosto regresó a España. Hizo la fase final de su recuperación en el Rayo Vallecano y hace un mes logró su gran objetivo: jugó su primer partido oficial con el equipo español.

Por esos días se le cumplió otro gran sueño. Carlos Borrello, entrenador de la selección argentina, la llamó para contarle que estaba armando el equipo para el Sudamericano Sub 20 y le preguntó si quería participar de las pruebas. El DT ya la había contactado hace dos años por recomendación de Sebastián Vecchio (un entrenador argentino que trabaja en Estados Unidos), pero una lesión le impidió a Vicky sumarse al conjunto nacional.

La delantera sacó el pasaje a la Argentina y participó de las pruebas de Borrello. Fue pasando las etapas y días atrás recibió la mejor noticia: quedó en la lista definitiva para el certamen que se disputará del 4 al 22 de marzo en San Juan y San Luis, y que dará dos plazas para el Mundial de la categoría que se jugará este año en Panamá y Costa Rica.

“Estoy en la lista”. Esas fueron las cuatro palabras que Vicky mandó al chat familiar y que Laura recibió en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que su papá Raúl y su hermana Delfina lo leyeron a la distancia, en Panamá. “Ella siempre quiso la celeste y blanca, era su sueño”, dice emocionada su mamá, quien admite que “se amigó” con la idea de que su hija jugara al fútbol cuando fue a Estados Unidos y vio el valor y el reconocimiento que le dan allí a la disciplina de mujeres. “Es que acá ella era mal vista”, lamenta.

Rápidamente la delantera se integró al grupo de la Selección. En la concentración, pasa su tiempo con Milagros Otazú, jugadora de Racing, o la arquera Ariana Álvarez, de San Lorenzo, con quien tiene un enfrentamiento feroz en la Playstation.

Tenemos expectativas muy altas en el Sudamericano. El objetivo es ganarlo y sacar el pase al Mundial, que es el sueño de todas. Esperamos tener el apoyo de la gente y que nos den reconocimiento. Nos va a hacer bien saber que están apoyándonos. Estamos muy concentradas y vamos con la idea de ganarlo”, recalcó Vicky, que sueña con el momento en que suene el himno nacional para poder cantarlo como lo hicieron las jugadoras de la selección mayor durante el Mundial de Francia 2019.

Victoria es fanática de Boca, de Lionel Messi, de las series y de las películas. En la cancha juega de 9 y se define como una jugadora con “mucha pasión”. “Le meto mucha garra, tengo buena técnica y sé leer el juego bastante bien. Me gusta meter goles, pero también me gusta darle el reconocimiento a mis compañeras: prefiero darle la pelota a otra antes que hacer el gol yo”, agrega.

La joven de 19 años espera que el Sudamericano Sub 20 pueda darle la oportunidad de adquirir roce internacional. Su objetivo a mediano plazo es que eso la ayude a asentarse en el Rayo Vallecano B para luego dar el salto al primer equipo de la institución, donde juegan las argentina Yael Oviedo y Ruth “Chule” Bravo.

“Lo que pude lograr en esos años en Estados Unidos acá no lo hubiese logrado. Acá hace poco se hizo profesional la liga, pero allá salieron campeonas mundiales cuatro veces. La infraestructura, la organización y el empeño dan muchas herramientas para crecer. Si me hubiese quedado acá no hubiese crecido tanto como lo hice en EEUU. Eso también me ayudó a ser más independiente, a aprender, a tener disciplina, a sentirme valorada y reconocida”, explica sobre su paso por el país que es punta de lanza en materia de fútbol femenino.

Con una soltura que sorprende para su corta edad, Vicky comprende el valor del empuje que la lucha del movimiento de mujeres le ha dado al crecimiento del fútbol femenino en Argentina y en el mundo. La delantera expresa públicamente su apoyo a la legalización del aborto en el país y relata: “En Madrid todas mis compañeras son feministas. Yo creo que todas las mujeres y todo el mundo deberían ser feministas”.

“Nosotras en esta generación estamos cambiando el pensamiento y eso está bueno. Espero que, igual que los hombres, las mujeres puedan vivir del fútbol. Al final del día, espero que a las mujeres se les reconozca más lo que hacen”, concluyó.

Fuente: Infobae

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