británico, que en sus alrededor de 50 películas convirtió al suspenso, a la trama psicológica -incluso al psicoanálisis- en temas populares, pero realizados con tal sofisticación que, a 40 años de su muerte, sigue despertando admiración y aplausos.
Hitchcock también fue pionero en construir un cine desde la mirada de una persona con la posición de la cámara, para convertirnos a todos en voyeuristas, en observadores del otro. Hoy, en tiempos de coronavirus, es imposible dejar de pensar en La ventana indiscreta y no identificarse con el personaje de James Stewart, que sin poder salir de su casa siente que la vida se le escapa allí afuera.
Fue un enorme montajista, que sabía cómo llevar de la ansiedad al miedo o de la empatía al rechazo en pocos segundos y que a través de sus tramas generaba un nivel de atención y tensión por momentos insoportables.
Para Hitchcock las tramas, sin embargo, eran algo secundario. Lo que le interesaba era el viaje, la experiencia, no el objetivo, y lo extraordinario, lo misterioso, que daban nexo a las historias, decía, no eran otra cosa que señuelos (Macguffin, los llamó) que servían como recurso para avanzar. Así, su giros argumentales, muchas veces violentos, eran golpes directos en la nuca y no se veían venir.
Comenzó a desarrollar su mirada cinéfila durante su juventud, trabajando como rotulista de películas mudas dentro de la sucursal londinense de la compañía estadounidense Famous Players-Lasky.
Luego se convertiría en guionista, director artístico y ayudante de dirección hasta tomar las riendas en El jardín de la alegría (1925), aunque la primera gota del éxito le llegaría dos títulos después con El enemigo de las rubias (1927), un filme donde -justamente- un asesino recorre Londres con mujeres platinadas como víctimas. Quizá el primer indicio por su obsesión por las actrices de pelo claro.
Entre El enemigo… y El hombre que sabía demasiado (1934) dirigió 13 filmes, aunque con esta última captó la atención de Hollywood, que -a través del productor David O. Selznick- convocó al nacido en Londres en 1899 para cruzar el Atlántico. En 1956, realizó una nueva versión de El hombre…, pero con dos estrellas en la cartelera: James Stewart y Doris Day.
En un histórico mano a mano con su colega francés François Truffaut de 1955, que fue transcripta en el libro El Cine según Hitchcock, realiza algunos de los comentarios más personales sobre su vida privada y su obra.
Contó que conoció el terror siendo niño, cuando su padre le hizo estar unos segundos en una celda solo para que viese cómo era, o que por su timidez hasta los veintitrés años no salió con ninguna una chica siquiera a tomar una copa.
Otras grandes frases que clarifican su estilo y mirada realizada durante aquel encuentro fueron:
“Mis argumentos deben ser simples: lo lamento por aquellos que me piden más profundidad y mensaje”
“Los diálogos, en general, son inútiles: una buena película es aquella que puede verse en el televisor de casa, con el sonido apagado”
“El peligro debe suceder en lugares insospechados, abiertos, bien iluminados, y no en los clichés: callejones en sombras donde acechan los villanos”
“Mis mujeres en el cine deben responder a un patrón: rubias, cuerpo refinado y elegante, y altas dosis de sexualidad –no de sexo–, con aspecto de maniquí, de finas damas que se convierten en putas cuando llegan al dormitorio”.
Con respecto a esta última frase, Hitchcock fue muy quisquilloso al momento de elegir el reparto de sus películas y vio en las mujeres rubias su principal objeto de deseo: Grace Kelly, Tippi Hedren, Ingrid Bergman, Joane Fontaine, Doris Day, Vera Miles, Kim Novak y Janet Leigh se encontraron entre sus preferidas, aunque con el tiempo se supo que la relación con ellas bordaba el acoso o era acoso directamente.
Hitchcock murió en Los Ángeles el 29 de abril de 1980. Tenía 80 años. Nunca recibió un Oscar a Mejor Director, sólo el honorífico Irving Thalberg en 1968, de las manos de su notorio colega Robert Wise. A cuatro décadas de su despedida, en días de encierro pandémico, fue elegido como el mejor director de todos los tiempos en un Mundial realizado vía twitter. El público, lo terminó eligiendo.
Fuente: Infobae