Los ingenieros de la liga como de la marca de equipos deportivos Oakley, están probando prototipos de mascarillas modificadas que pueden contener material quirúrgico o N95
Mientras deportes como el fútbol, béisbol o básquetbol han tenido que posponer sus temporadas o hasta cancelarlas en varias partes del mundo por la emergencia sanitaria de COVID-19, la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) se ha “salvado” un poco debido a que su calendario no empieza hasta septiembre, contemplando un colchón de varias semanas para retrasar el Super Bowl si es necesario.
Incluso, las únicas medidas que han tomado las autoridades de la NFL hasta el momento fue cerrar sus instalaciones, llevar a cabo el Draft 2020 de manera virtual y cancelar sus juegos en México y Reino Unido, por lo que todo indica que la temporada no corre peligro de suspensión.
Sin embargo, eso no quiere decir que se vaya a jugar de la misma manera. Y es que la NFL trabaja en el diseño de una careta que podría incorporarse en los cascos de los jugadores para brindarles el mismo tipo de protección que una mascarilla quirúrgica.
De acuerdo con Thom Mayer, director médico de la Asociación de Jugadores de la NFL, tanto los ingenieros de la liga como de la marca de equipos deportivos Oakley, están probando prototipos de mascarillas modificadas que pueden contener material quirúrgico o N95, así lo adelantó el pasado lunes 18 de mayo en entrevista con Adam Schefter, periodista de ESPN.
A principios de marzo, sugerí que deberíamos considerar formas novedosas y emergentes de manejar los cascos y las máscaras faciales y la propagación del virus
Si bien comentó que no está seguro exactamente de cómo se verían las modificaciones, reconoció que es realista pensar que los nuevos diseños podrían cubrir la máscara facial completa de un jugador; sin mencionar que en el catálogo de accesorios de Oakley, ya existen visores antiempaño, cuya tecnología podría resultar útil.
Tiene que haber algunos prototipos (…) Algunas de éstas, cuando las miras al comienzo, te hacen pensar: ‘No’, porque no estás acostumbrado a verlas. Simplemente no tienes esa costumbre, pero se está analizando cada asunto que puedan imaginar; incluso si esto se empaña y qué podríamos hacer. Esta gente está habituada a lidiar con estas cosas
Asimismo, Mayer aseguró que el trabajo de dicha careta está tan adelantado que “habrá probablemente una recomendación” de usarla en agosto, cuando la liga comience su calendario de pretemporada, de acuerdo con Mayer.
Por su parte Rich McCay, presidente de los Halcones de Atlanta y líder de la comisión de competencia de la liga, comentó que el tema se planteó hace aproximadamente un mes, durante una conferencia telefónica: “Muchos jugadores han usado un visor transparente para proteger sus ojos”, recordó McCay el martes durante una videoconferencia con periodistas de Atlanta.
Al respecto JC Tretter, centro de los Cafés de Cleveland y presidente del sindicato de jugadores, dijo que el gremio agradece cualquier intento por mejorar la seguridad de los deportistas:
En este momento no hay malas ideas (…) En cierto modo, hay que pensar diferente. Sólo porque algo es una idea, ello no significa que vaya a ocurrir definitivamente, pero necesitas explorarla y entenderla.
Mientras que Isaiah Oliver, cornerback de los Halcones de Atlanta, prefirió no adelantar comentarios, sino hasta que pueda probar un prototipo: “Yo tendría que echarle una mirada para ver cómo luce”.
Aunque dicho accesorio resolvería un brote entre los jugadores, la NFL también necesita un plan B en caso de que las autoridades sanitarias de Estados Unidos dictaminen que los partidos se realicen a puerta cerrada, lo que significaría una perdida en conjunto de unos USD 5.500 millones, de acuerdo con una estimación de Forbes.
La revista, que regularmente estima el valor de cada franquicia de la NFL, dijo que esas posibles pérdidas de 2020 equivaldrían al 38% de los ingresos totales que tuvo la liga en 2018-19.
El cálculo tiene en cuenta conceptos como la venta de entradas, comida, bebida, aparcamientos, patrocinadores, entre otros ingresos que los clubes perderían si no pueden recibir a sus aficionados.
Fuente: Infobae