Los nuevos fármacos son una inmunoterapia avanzada para un tipo de cáncer de pulmón y para cáncer de vejiga metastásico. Especialistas explicaron los beneficios para extender la sobrevida y su baja toxicidad.
Año tras año la medicina avanza y los nuevos tratamientos afloran para beneficio de las personas. En ese aspecto, la lucha contra el cáncer se ha vuelto una de las prioridades en materia de salud. La forma de tratar el cáncer está evolucionando.
A medida que avanza el conocimiento sobre las características moleculares de los tumores, se desarrollan terapias cada vez más específicas, que se focalizan en objetivos específicos asociados al cáncer, y que permiten tratar inclusive tumores para los que no había opciones terapéuticas.
Dos nuevos tratamientos para el cáncer que acaban de aprobarse en Argentina (atezolizumab y alectinib), desarrollados por Laboratorios Roche, representan esta nueva manera de enfrentar la enfermedad, ya que apuntan al cáncer de pulmón, que es el cáncer más mortal que existe en el mundo, y al cáncer de vejiga metastásico, para el que desde hacía 30 años no había novedades terapéuticas.
Los nuevos fármacos son una inmunoterapia anti PD-L1, indicada tanto en un tipo de cáncer de pulmón como en cáncer de vejiga metastásico, y una terapia dirigida para un subtipo de cáncer de pulmón con la alteración genética ALK.
“El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en todo el mundo. En Argentina, se registraron más de 11 mil casos de cáncer de pulmón en 2012, con más de 9000 muertes”, explicó a Infobae el doctor Claudio Martin, a cargo del área de Tumores de Pulmón del Instituto Alexander Fleming y del Hospital María Ferrer.
Según explicó el experto, se trata del más mortal de todos los cánceres y sus síntomas no suelen aparecer hasta que la enfermedad se encuentra en estadio avanzado. “Dos tercios de los casos de cáncer de pulmón se diagnostican en estadio avanzado, cuando la enfermedad ya se diseminó a más de un lugar del organismo, lo que reduce enormemente las probabilidades de supervivencia”, añadió Martin.
Fumar es la principal causa de cáncer de pulmón, e incrementa el riesgo de desarrollar la enfermedad, en el 87% de los casos. Los no-fumadores también están en riesgo: entre el 10 y el 15% de los casos se deben a factores no relacionados con el tabaquismo. Es más común en adultos mayores. Es poco común en personas menores de 45 años.
“El cáncer de pulmón es el crecimiento descontrolado de células anormales en los pulmones, órganos pertenecientes al aparato respiratorio. A la luz del microscopio, los dos tipos principales de cáncer de pulmón son el cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP), que se presenta en 85% de los casos, y el cáncer de pulmón de células pequeñas (CPCP), en 10 a 15% de los casos”, precisó Martin.
A partir de 2004, la biología molecular revolucionó el conocimiento de esta enfermedad al hallar que el cáncer de pulmón de células no pequeñas era causado por múltiples y diversas alteraciones genéticas (tales como ALK, EGFR, KRAS y otras). Al descubrir la existencia de múltiples tipos de cáncer de pulmón desde el punto de vista molecular, se comenzaron a desarrollar tratamientos específicos dirigidos a cada alteración o grupo de alteraciones genéticas.
“En la actualidad es posible diferenciar muchos tipos de tumores en base a sus modificaciones genéticas, y hay que hacer un test genético que permita establecer cuál es el tratamiento que tendrá más impacto. Este es un cambio que ocurrió en los últimos seis o siete años; cada vez encontramos más vías o ‘calles’ por donde va el tumor, y tenemos más medicaciones; anteriormente, teníamos a todos los pacientes con quimioterapia y no podíamos individualizar el tratamiento”.
Con las terapias dirigidas, en cáncer de pulmón, “el beneficio es mucho mayor que con quimioterapia, la toxicidad es mucho menor, y lo que ha cambiado es que ahora hay una tendencia a la cronificación de la enfermedad, mientras que antes la expectativa de supervivencia era muy pobre, aún con quimioterapia”, aclaró el especialista.
Sobre el nuevo avance en materia pulmonar, la translocación ALK es una alteración genética presente en el 5% de los pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP), y es la responsable del crecimiento y la diseminación del cáncer. Se presenta mayormente en mujeres adultas no fumadoras o que han fumado poco. Los pacientes con la translocación ALK suelen desarrollar resistencia a la terapia estándar dentro del primer año de tratamiento, y seis de cada diez desarrollarán metástasis en el sistema nervioso central (SNC).
Alectinib, es el inhibidor altamente selectivo de la translocación ALK, y una terapia dirigida que fue designada como “avance terapéutico decisivo” por la FDA. El doctor Martín señaló que “tiene una excelente actividad a nivel de las metástasis cerebrales y un perfil de toxicidad muy bajo, es una medicación que se tolera muy bien”.
Momento histórico en la oncología
La doctora Rosario García Campelo, médica oncóloga responsable de patología torácica del Hospital Universitario A Coruña y miembro de la Junta Directiva Sociedad Española de Oncología (SEOM), aseguró a Infobae que “estamos viviendo un momento histórico en oncología, un momento del que somos parte protagonista, y esto sin duda constituye una enorme responsabilidad no sólo con el paciente oncológico sino con la sociedad en su conjunto”.
Para García Campelo, quien además pertenece a la Junta Directiva del Grupo Español de Cáncer de Pulmón, se puede decir que “el cáncer es un fracaso del sistema inmune, y parte fundamental de lo que conocemos como ‘hallmarks’ del cáncer no es en absoluto novedoso. El uso o el intento de que sea nuestro propio organismo el que se encargue de reconocer y destruir a las células cancerosas lleva años siendo investigado en distintos tumores, pero no ha sido hasta recientemente en el que, por fin, hemos comprobado y validado su uso en la práctica clínica, convirtiendo a la inmunoterapia hoy, una de las piedras angulares del tratamiento oncológico”.
La especialista explicó que con la quimioterapia, básicamente atacamos las células con una alta capacidad de reproducción o división, tanto células tumorales como células normales, somos muy poco selectivos, lo que hace que nos enfrentemos a toxicidades no específicas por el daño en tejidos normales.
“Con las dianas terapéuticas atacamos casi en exclusiva a células tumorales con una determinada característica molecular o genética, mientras que con la inmunoterapia lo que hacemos es estimular o inhibir mecanismos que bloquean la actividad de nuestro sistema inmune y que le permiten detectar y destruir a la célula cancerígena. Podría decirse que despertamos a nuestro sistema inmune para que sea capaz de reconocer y atacar a la célula neoplásica”, aseguró García Campelo.
La PD-1 es una proteína ubicada en la superficie de los linfocitos T que sirve para mantener bajo control la respuesta inmunitaria (el sistema de defensa natural del organismo). Cuando la PD-1 se une a la proteína PD-L1 en una célula cancerosa, evita que los linfocitos T la destruyan. La célula tumoral se “disfraza”, desactiva los puntos de control y pasa inadvertida para el sistema inmunitario. Las inmunoterapias para el cáncer anti-PD-L1 restauran la respuesta inmunitaria para que los linfocitos T destruyan células cancerosas.
Trabajando sobre esta hipótesis, se desarrollaron drogas como el atezolizumab, una inmunoterapia anti PDL1 que actúa sobre la proteína PD-L1 para restaurar la respuesta inmunitaria tanto en el cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP) como en el cáncer de vejiga que ya se encuentra disponible en la Argentina. Esta inmunoterapia demostró eficacia en cáncer de vejiga metastásico, y un aumento de la supervivencia global en comparación con la obtenida con quimioterapia en cáncer de pulmón de células no pequeñas.
Avance en cáncer de vejiga
El cáncer de vejiga se encuentra entre los 10 tipos de cáncer más comunes en el mundo, con 430 mil nuevos casos diagnosticados en 2012. En Argentina, se registraron más de 3500 casos de cáncer de vejiga ese año de los cuales más de 1000 resultaron mortales.
“El cáncer de vejiga es una enfermedad en la cual se forman células cancerosas (malignas) en los tejidos de la vejiga, el órgano hueco situado en la parte inferior del abdomen cuya función es almacenar la orina hasta que esta pasa a través de la uretra y al exterior del cuerpo”, explicó a Infobae el doctor Juan Pablo Sade, a cargo del área de Tumores Urológicos del Instituto Alexander Fleming.
“En 30 años, no hubo novedades en el tratamiento del cáncer de vejiga metastásico (es decir, cuando ya se ha diseminado a otras partes del organismo), pero ahora tenemos una novedad muy importante”, destacó a Sade sobre esta enfermedad que se encuentra entre los 10 tipos de cáncer más comunes en el mundo y cada año mata a unas 165 mil personas.
Según datos de 2012, en Argentina, causó más de mil decesos y se registraron más de 3500 casos. Uno de cada 10 casos se diagnostica en estadio avanzado, es decir, cuando la enfermedad ya se diseminó a más de un lugar del organismo, lo que reduce enormemente las probabilidades de supervivencia.
“Hacía mucho tiempo que no teníamos aprobaciones de nuevas drogas en esta enfermedad; el tratamiento del cáncer de vejiga con metástasis es insuficiente, ineficaz, que somete al paciente a un número importante de efectos adversos, deteriora su calidad de vida, es poco efectivo, y la duración de la efectividad es corta. En todo sentido, es una necesidad insatisfecha tener nuevas drogas para estos pacientes”, destacó Sade.
Y concluyó: La aprobación de esta inmunoterapia viene a mejorar muchos de estos problemas, ya que es un tratamiento excelentemente tolerado, muy efectivo en un número considerable de pacientes, con larga duración, así que sin duda ha cambiado de manera definitiva el paisaje, la situación del tratamiento del cáncer de vejiga metastásico, y ha mejorado en muchos aspectos lo que teníamos hasta ahora”.