Su familia emigró por la guerra civil y el volante, que nació en un campo de refugiados, se sobrepuso a momentos muy complejos, como cuando se le quemó su casa en Francia. “El fútbol siempre me permitió escapar de mi realidad”, reconoció la nueva figura merengue
Es el fichaje estrella del Real Madrid para la temporada 2021/2022 y con apenas 18 años Eduardo Camavinga tiene un historia de vida digna de una película, ya que nació en condiciones muy difíciles, pero gracias al sacrificio de su familia, pudieron escapar de una guerra civil y llegar a Francia en 2003, donde el joven volante empezó su carrera futbolística.
Su numerosa familia huyó de los conflictos en la República Democrática del Congo para refugiarse en Cabinda, una provincia angoleña. Lograron situarse en un campo de refugiados ubicado en Miconje, donde nació Eduardo (10/11/2002), quien tiene cinco hermanos y una hermana.
Al poco tiempo, pudieron emigrar a Francia, donde tuvieron un breve paso por Lille y luego se mudaron a Fougères, una pequeña ciudad de la Bretaña francesa (noroeste).
Con una niñez muy delicada, marcada por las complicaciones y sin tener un techo fijo, Camavinga encontró en la pelota de fútbol su primera gran compañía, pero las prioridades de la familia eran otras, especialmente luego de que su pequeño hogar se quemara cuando él iba en quinto grado de primaria. Lo poco que tenían se redujo a cenizas.
“Mi casa se quemó, pero yo al día siguiente me fui a entrenar porque me ayudó a liberar la mente y no preocuparme. El fútbol siempre me permitió escapar de mi realidad y hoy como profesional puedo darles una mejor vida tras todo lo que vivimos”, declaró Camavinga en una entrevista con la Comisión de Refugiados de las Naciones Unidas.
A los siete años su madre lo inscribió en un club, en el Drapeau-Fougères, donde su padre jugó en el equipo sénior. Se destacó rápido como defensor y centro delantero.
Luego de un lustro fue incorporado por el Stade Rennais, con el que empezó jugando en el equipo B. Finalmente hizo su debut en la Primera, el 6 de abril de 2019, en un encuentro de la Ligue 1 contra el Angers Sporting Club Ouest, cuando sustituyó a M’Baye Niang en el minuto 89. El encuentro finalizó con un resultado de empate a tres. Tenía 16 años y 5 meses.
En la siguiente temporada (2019/2020), ya instalado en el primer equipo, tuvo otro hito. Se convirtió en el jugador más joven en dar un pase de gol en el campeonato francés, en un triunfo ante el PSG, club que luego lo quiso. Contaba con 16 años y 9 meses.
Aquel ejercicio fue el de su consagración, con 25 encuentros de liga disputados. En el siguiente certamen (2020/2021) se consolidó, aunque fue de más a menos, con 35 partidos, un gol y dos asistencias.
En septiembre de 2020 hizo historia en la selección de Francia y se convirtió con 17 años, 9 meses y 29 días en el futbolista más joven en debutar en el equipo mayor de Les Bleus desde 1914. Solamente dos jugadores fueron más precoces que la promesa del Rennes: Julien Verbrugghe, internacional a los 16 años y 10 meses en 1906, y Maurice Gasgiger, que debutó con 17 años y 4 meses en 1914.
“En primer lugar, siento alegría y orgullo por mi familia y por todos los franceses. Es un poco loco, nunca había venido a Clairefontaine (sede de la selección francesa) salvo una vez con la Sub-21″, contó Eduardo luego de aquella citación, para un encuentro que fue victoria de Francia ante Croacia (4-2), correspondiente a la Liga de las Naciones. Se repitió el resultado entre dichas selecciones en la final del Mundial de Rusia 2018.
En su segunda participación con la selección absoluta francesa, el 7 de octubre de 2020, ya fue titular y marcó su primer tanto, un impresionante gol acrobático que abrió el marcador, en un amistoso contra Ucrania que terminó 7-1.
Mide 1.82 metros y pesa 68 kilos, y hasta ahora fue el patrón del mediocampo del Stade Rennais. Se destaca por sus quites, creación, asistencias y llegadas al área rival. En estos dos años se convirtió en una de las figuras de la Ligue 1.
Hoy cerró el libro de pases en Europa y en la historia del Real Madrid hubo algunos antecedentes de figuras que llegaron sobre la hora, como por ejemplo Ronaldo Nazario y Javier “Chicharito” Hernández. El volante galo estuvo en el radar del PSG, que no concretó la venta de Kylian Mbappé al mismo club español, que terminó quedándose con los servicios de Camavinga.
Trascendió que la Casa Blanca habría pagado 30 millones de euros (35,4 millones de dólares) por el jugador que estará ligado por seis años al equipo de la capital, donde sus dirigentes apuntan a que asuma un gran desafío con el correr del tiempo: que sea el sucesor de Luka Modric o Toni Kroos en la mitad de la cancha del equipo merengue.
Fuente: Infobae