Una investigación halló que los adultos mayores que realizan las actividades de la casa tienen mejor memoria y capacidad de atención que aquellos que las eluden. Qué pasa a edades más tempranas
Se sabe que mantenerse activo, sociable y conectado con la realidad es de gran ayuda si de mejorar la función cognitiva y tener un envejecimiento con calidad de vida se trata.
Ahora, un reciente estudio a cargo de expertos de Singapur demostró que los adultos mayores que realizan regularmente las tareas del hogar tienen mejor memoria y capacidad de atención que aquellos que eluden sus deberes domésticos.
Los investigadores descubrieron además que las tareas domésticas están relacionadas con una fuerza superior en las piernas en personas mayores de 65 años y, por lo tanto, reducen el riesgo de que una persona sufra una caída.
Para el trabajo, examinaron datos de casi 500 personas de entre 21 y 90 años a quienes realizaron una variedad de análisis, como la velocidad al caminar, la velocidad de sentarse a pararse desde una silla, evaluaciones cognitivas y pruebas de memoria. Y se les preguntó sobre la intensidad y frecuencia de las tareas del hogar, así como sobre otros tipos de actividad física, según publicó el periódico The Telegraph.
Entre las conclusiones, los expertos hallaron que “sólo alrededor de un tercio de los menores de 65 años y poco menos de la mitad de los del grupo de mayor edad alcanzaron los niveles recomendados de actividad física solo con actividades recreativas”.
Pero alrededor de dos tercios -el 61% de los adultos de 64 años o menos y el 66% de los adultos mayores- cumplieron los objetivos exclusivamente a través de las tareas domésticas.
En general, encontraron que una combinación de tareas domésticas ligeras y pesadas estaba “asociada con una función cognitiva más alta” entre los adultos mayores, pero no entre los adultos más jóvenes.
Para el médico geriatra y presidente electo de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría, José Ricardo Jauregui (MN 74384), “mantenerse activo física y mentalmente ayuda a la salud cognitiva de las personas”.
“Un trabajo hecho en Holanda y Bélgica con más de 25.000 personas ya había demostrado que las actividades diarias, principalmente las no profesionales, mejorarían lo que denominamos reserva cognitiva”, apuntó el especialista ante la consulta de Infobae. Y tras agregar que las actividades profesionales no habían podido ser determinadas”, señaló: “Esto significa que hacer tareas más sencillas, que involucren destrezas junto a organización de tareas, parece ayudar a mantener una buena salud cerebral”.
En opinión del jefe de Internados en la Clínica Reina Fabiola de la Universidad Católica de Córdoba y expresidente de Sociedad de Medicina Interna de Córdoba, Ignacio Gutiérrez Magaldi (MP 32214 / ME 15051) “tanto los ejercicios de bajo impacto como las tareas domésticas ligeras y pesadas estimulan lo que se llama el cerebro saludable”. “A través de mediadores químicos inducen uno denominado CA2, que actúa a nivel del hipocampo y el sistema límbico y eso promueve la neuroplasticidad”, explicó el especialista, para quien “estimular la neuroplasticidad a través de la realización de actividades nuevas y actividades dinámicas mejora el rendimiento cognitivo (la memoria, la percepción, el lenguaje, la capacidad de reflexión) e incluso también se promueve que las personas socialicen ya que la socialización también estimula la neuroplasticidad”.
“Todo esto surge del advenimiento de la medicina del estilo de vida, que tiene un gran auge actualmente”, insistió Gutiérrez Magaldi, e instó a “hacer hincapié en sostener una alimentación saludable, hacer ejercicio, lograr un sueño saludable, y socializar”.
Acerca de si estos beneficios podrían extrapolarse a la gente de menor edad, el especialista consideró que “todo lo que sirva para aumentar la neuroplasticidad bienvenido sea a todas las edades”. Y en ese sentido, recomendó “aprender actividades nuevas, idiomas nuevos, hacer actividades que no se realizan usualmente, etc.”.
“Y por otro lado, estar constantemente en movimiento hace a una mejor calidad de vida”, sostuvo.
Finalmente, Gutiérrez Magaldi hizo referencia a las llamadas cinco zonas azules registradas por National Geographic, en referencia a Cerdeña, en Italia; la isla de Okinawa, en Japón; la Península de Nicoya, en Costa Rica; la Isla de Icaria, en Grecia y Loma Linda, en California. “En estos lugares se estudió que hay una serie de hábitos por los que las personas mejoran su estilo de vida y su sobrevida, y hacen referencia a estar en movimiento, moverse en grupos, creer en algo, tener una buena alimentación, etc -sintetizó-. Sin dudas estos beneficios se pueden extrapolar a la gente de todas las edades y sería de gran ayuda para su salud”.
En el presente estudio, se consideraron tareas domésticas ligeras lavar los platos, quitar el polvo, hacer la cama, lavar la ropa, tender la ropa, planchar, ordenar y cocinar las comidas. En tanto las tareas domésticas pesadas incluyen limpiar ventanas, cambiar la ropa de cama, golpear el tapete, pasar la aspiradora, lavar o fregar el piso y las tareas que involucran serrar, reparar o pintar.
“Nuestro estudio sugiere que una combinación de tareas domésticas ligeras y pesadas se asocia con una función cognitiva más alta, específicamente en los dominios de la atención y la memoria, entre los adultos mayores que viven en la comunidad”, escribieron los investigadores en su artículo, publicado en BMJ Open.
Fuente: Infobae