Quinn, una mujer de Sacramento, California, tenía planeada la boda de sus sueños al milímetro. El lugar era precioso y más de 120 invitados disfrutarían de un lujoso banquete valorado en 35.000 dólares.
Sin embargo, un ‘pequeño detalle’ le falló a última hora. Cinco días antes de la gran boda, el novio de Quinn comenzó a dudar de su relación y decidió romper con ella.
Aunque la pobre Quinn no podía creer lo que estaba pasando, supo reaccionar a tiempo y utilizar este contratiempo para hacer, al menos, una buena acción. En cuanto su madre, Kari Duane, supo la noticia de que la boda se cancelaba y asumió que el banquete no podía cancelarse porque ya estaba pagado por ella y su marido, tomó la iniciativa y comenzó a hacer llamadas a centros de acogida y albergues para gente sin hogar proponiéndoles disfrutar de la comida de lujo que ellos se perderían.
Aunque fue todo a última hora y no sabían si su propuesta tendría éxito, finalmente 90 niños y adultos sin hogar se presentaron en el lugar del banquete para disfrutar de la mejor comida de sus vidas en el mejor hotel de la ciudad.
La familia también aprovechó para donar las flores de la boda a una residencia de ancianos. ¡Ah! Y tampoco cancelaron la luna de miel, de la que ya disfrutan madre e hija juntas.