Rafael Varas, el primer director técnico de la Araña en el Club Atlético Calchín, contó los primeros pasos de la incipiente estrella de River y el inesperado regalo que le dio
Julián Álvarez está creciendo a pasos agigantados de la mano de Marcelo Gallardo. El joven se ganó la confianza del director técnico y él no defraudó: fue titular en los dos partidos en el reinicio de la Copa Libertadores (ante San Pablo en Brasil y contra Binacional en Perú), marcó dos goles y brindó una asistencia.
Sin embargo, el cordobés nacido el 31 de enero del 2000 en las últimas horas demostró que también es un distinto fuera de las canchas. Tras leer una entrevista que le realizaron a su primer entrenador en el Club Atlético Calchín, el futbolista decidió darle un inesperado regalo que conmovió a este pueblo de 3200 habitantes.
La Arañita, como es conocido en realidad en toda la localidad, le regaló una camioneta para ayudarlo con su trabajo como distribuidor de distintos supermercados de la zona. “Me llamó Julián el sábado a la noche. Estuve diez minutos al teléfono y no pude decirle más de 3 palabras. Me emocioné, lloré. Lo conozco desde chiquito”, le explicó a Infobae, aun emocionado por lo sucedido.
“Yo soy empleado público, y a las tardes le vendo a supermercados. Tengo un auto que me resultaba chico para tanta mercadería. El viernes hablé con el papá de Julián sobre su presente, y se ve que él después habló con Julián y el sábado me sorprendieron con esto. Jamás hubiese imaginado esto. Es algo que cayó… El padre me llamó y me dijo ‘voy para tu casa’. Llegó tocando bocina y abriendo los brazos. Yo no entendía nada. Lloré un montón. Eran las 10 de la noche y seguíamos abrazados. Era muy grande la alegría. Lo que estoy viviendo… No tengo palabras para agradecerle. A la noche me llamó Julián. Yo estaba esperando, para no molestarlo. Estuve diez minutos y no pude decirle más de 3 palabras. Me emocioné, lloré. Lo conozco desde chiquito. Tengo una amistad con la familia desde hace años. Desde chiquito hizo todo esto para tener este presente”, comentó.
El vínculo entre ambos nació cuando la incipiente figura de River tenía solamente 2 años. “Él iba a acompañar a sus hermanos. Estaba siempre con una pelota, que en esa época era más grande que él. Después, cuando tenía 3 años y medio ó 4, comenzó conmigo. Lo tuve hasta los 12, cuando dejé el club”, explicó. “Era una persona como es hoy, pero en miniatura. Una persona muy calladita, muy responsable, centrada. Y jugaba muy bien a la pelota, como juega hoy”, añadió.
“Era una persona muy callada. Siempre hacía caso, nunca peleaba con sus compañeros, y menos con los rivales”, lo describió. Varas, lejos de colgarse alguna medalla por participado en la formación de Álvarez, aclara que “no fui su profe, sólo alguien que se cruzó en su camino”. Y agregó: “Soy un agradecido de que él haga esto. Es enorme su gesto. ¿Qué le puedes enseñar a un jugador como Julián? Algunas cositas nada más. Lo podés aconsejar, sí. Pero esto es increíble. Es una persona maravillosa”.
Julián Álvarez, debido a su forma de ser, también logra lo imposible en este pueblo que se encuentra a 115 kilómetros de Córdoba capital: que los simpatizantes del Xeneize celebren sus goles como si fuesen de su amado club. “La gente vive su presente con una enorme alegría. Hay hinchas de Boca que gritan sus goles. Te dicen ‘no queremos que gane River, pero los goles de la Araña los tenemos que gritar’. Nuestra camiseta es igual que la de River. El 80 por ciento de la localidad es de River”, aseguró Varas..
Vale destacar que esta no es la primera vez que el futbolista sorprende a uno de sus mentores. “El año pasado me regaló su camiseta. Vino a visitar a sus padres y les dijo ‘esta es para el Rafa’. Eso te demuestra la clase de persona que es. Yo jamás se la pedí. No le pido ni fotos ni autógrafos, esto vino de él, Me la dedico, me la firmó. La tengo como un gran recuerdo. Te deja sin palabras. Es un chico de 20 años, recién hace sus primeros pasos, y tiene una enorme grandeza”.
Por supuesto que lo de la camioneta, pese a que él solamente se lo comentó a su núcleo familiar, fue un gesto que rápidamente se hizo viral y revolucionó a Calchín. “El pueblo me está llamando, me mandan felicitaciones. El pueblo se convulsionó. Mismo algunos colegas. Le agradezco a Julián por lo que es como persona”.
Para cerrar la entrevista, Varas, quien tiene una escuelita de fútbol hace más de dos décadas llamada Futura Estrellita, rememoró una anécdota de cuando Julián tenía 8 ó 9 años y que terminó de convencerlo que estaba destinado al éxito. “Pasó a cuatro o cinco rivales e hizo un gol de rabona. Ahí me di cuenta que estábamos ante un jugador distinto, una posible estrella mundial”, esbozó.
Fuente: Infobae