La neblina es una de las condiciones más peligrosas que debe enfrentar un conductor. Los próximos días tendrán una entrada de aire cálido con mucha humedad, lo que en los próximos días generará mañanas y noches con baja visibilidad en muchas rutas y ciudades argentinas
Por Diego Zorrero
Aunque para muchos se haya adelantado el invierno, el paso del clima cálido al frío no evitó que llegue también la habitual temporada de niebla a buena parte del país, especialmente la llanura pampeana y los alrededores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. De acuerdo a los pronosticadores climáticos, el fenómeno se extenderá por varios días en esta primera tanda de amaneceres con poca visibilidad hasta que el sol calienta la atmósfera.
La niebla o neblina es una de las condiciones más peligrosas que puede enfrentar un automovilista. Mucho peor que la lluvia, por torrencial que esta sea, porque no ver lo que hay adelante impide tomar decisiones con la suficiente antelación. Por ese motivo, ante un escenario de niebla, la mejor recomendación es salir de la calzada y resguardarse en un lugar seguro, alejado incluso de la banquina.
Sin embargo, eso es algo que puede hacerse en un viaje sobre una ruta abierta, pero cuando la niebla se presenta en el tránsito suburbano cotidiano, en el camino para ir a llevar a los chicos a la escuela o ir al trabajo, no viajar deja de ser una posibilidad y lo que hay que hacer es circular tomando todas las precauciones posibles. Y de ser posible, exagerarlas también. En materia de seguridad vial, “lo que abunda no daña”.
Asegurarse la mayor visibilidad posible
Si el exterior ofrece un campo visual bajo, lo primero que hay que hacer antes de salir a conducir con niebla es asegurarse que todos los vidrios del auto no estén empañados. Para eso, es fundamental adelantarse algunos minutos a la hora que habitualmente se sale de casa para poder aclimatar el interior del vehículo.
El empañamiento de los cristales se produce por la diferencia de temperatura interior y exterior en ambas caras de los vidrios laterales, parabrisas y luneta, por lo tanto, apenas comienzan a respirar los ocupantes del auto, el mismo vapor de agua que se exhala, es el que empañará los vidrios.
La solución ideal es encender el aire acondicionado con el forzador en la máxima velocidad y temperatura alta, cercana a los 25 grados. Así, el aire seco del sistema de refrigeración quitará la humedad con una temperatura agradable. Si no funciona el aire acondicionado, abrir al menos un par de centímetros una de las ventanas delanteras y la trasera del lado contrario para que el aire entre y salga, es una solución que colabora con el desempañado de los cristales.
No hay que pasar un trapo porque la huella durará pocos segundos y se volverá a tapar, pero dejando marcas que cuando se haya templado el habitáculo, afectarán la visión natural. Tampoco hay que encender la calefacción sin el aire acondicionado, porque lo único que se conseguirá será empañar más aún los vidrios y no calentar, porque hasta que el motor no esté en temperatura, la calefacción no emitirá calor tampoco.
Encender las luces de niebla pero no la baliza
Es muy común que ante la necesidad de usar el auto con niebla muchos automovilistas enciendan las balizas para ser vistos a mayor distancia por los otros conductores. Ese es uno de los errores más comunes que lo único que hace es agravar el peligro que representa circular en auto con poca visibilidad.
La baliza es una señal creada para advertir a los automovilistas de la presencia de un auto que está detenido o deteniéndose. Así, usar balizas para circular a baja velocidad, lo único que creará es un escenario de confusión muy difícil de resolver cuando el campo visual está disminuido y los conductores manejan con toda su atención puesta en los posibles obstáculos que puedan aparecer repentinamente.
Si un auto avanza con balizas, no tendrá problema alguno, pero dejará completamente indefenso a quién en efecto está detenido y su único modo de alertar al resto es colocar la luz intermitente de ambos lados al mismo tiempo. Los otros conductores podrán confundirse y creer que ese auto está efectivamente circulando lento y no frenar, lo que puede ser causa de un serio accidente cuando comprueban, tarde, que se trata de un vehículo completamente detenido.
Por esa razón se han inventado las luces de niebla trasera y delantera, que tienen la misma intensidad que la luz de freno en el caso de las posteriores y de una luz alta pero a muy baja altura (generalmente están en los bajos del paragolpes) en el frente. Estas luces triplican el alcance de las convencionales luces de posición traseras y luces altas delanteras de los autos, y combinadas con una velocidad adecuada, permiten divisar la presencia de otro auto con la suficiente distancia como para evitar un incidente.
Velocidad y distancia
Cuando no se ve, las dos precauciones más importantes que se deben tomar son bajar la velocidad a la máxima recomendada y tomar mayor distancia de la habitual con los vehículos que se pueden ver adelante.
La velocidad está marcada por una señal de la que muchos automovilistas desconocen su utilidad. Se trata de una indicación física en el asfalto que consta de dos “V” invertidas separadas por una determinada distancia entre sí que se pintan en las rutas, autopistas y algunas avenidas con tránsito rápido. Si cuando se transita con niebla se pueden ver ambas “V” invertidas simultáneamente, la velocidad debe ser de 60 km/h como máximo. Pero si al aparecer la primera “V” no se puede ver la segunda al mismo tiempo, la velocidad debe reducirse a 40 km/h como máximo.
La distancia parece una obviedad pero no lo es. Claramente, al ver el auto respecto al que hay que tomar distancia se tiene noción de su presencia. Sin embargo, pocos reparan en el detalle de las condiciones del piso sobre el que se circula. Aunque no esté lloviendo o no haya llovido recientemente, cuando hay niebla, lo que hay también es un alto porcentaje de humedad. Por lo tanto, la condición del asfalto no es la misma que cuando está completamente seco. Por ese motivo, aunque se circule a baja velocidad y se tenga a la vista el automóvil de adelante, es recomendable tomar más distancia de la habitual.
Cuando se circula con niebla en la ciudad, hay otro detalle al que pocos conductores ponen atención: los peatones y ciclistas. Y como la niebla suele ser más densa por la mañana y la noche, cuando la luz natural no contribuye a ver mejor el entorno, es cuando se transforma en una trampa peligrosa. Así como en condiciones de visibilidad normal es bastante frecuente encontrar vehículos con luces muy bajas en la creencia de “yo veo bien”, pero sin reparar en que también hay que ser visto, cuando hay neblina, la situación se invierte, los que suelen ver bien son los peatones y los ciclistas, que se cruzan sin contemplar que el conductor de un automóvil quizás no ha advertido su presencia. Por esa razón, mantenerse con una velocidad más baja de lo habitual puede evitar un inconveniente con personas indefensas en la vía pública.
Fuente: Infobae