Para algunas personas, que haya o que no haya puede ser la razón para sentarse en una cafetería o seguir de largo, pero lo cierto es que el mercado de las galletitas que acompañan al café estaba bastante desatendido, hasta que, en 2008, Gonzalo Perrin dio con esa necesidad. Fue el germen de Pasticcino, la empresa que tiene con su padre y un amigo, que se hizo fuerte en ese rubro, y también hace cookies, galletas con limón, alfajores y waffles, entre otras categorías.
“Tenía 22 años, había estudiado hotelería y turismo y conocí a un proveedor de Café Martínez que me dijo que estaban buscando a alguien que les hiciera las galletitas para acompañar el café. Y, más allá de esa eventualidad, me pareció un lindo mercado para desarrollar y el disparador para arrancar una empresa”, contó Perrin en diálogo con LA NACION sobre los inicios de la compañía.
En 2008 empezó a trabajar con el horno de su casa haciendo las primeras pruebas y recién un año después pudo comenzar a venderle a Café Martínez, cuando estuvo lista la fábrica que pusieron en el pueblo de O´Higgins, en la provincia de Buenos Aires, que tiene 1000 habitantes.
“Pasaron dos o tres años de vender galletitas de café a redes de cafeterías y fabricantes de café y nos dimos cuenta de que podíamos sumar productos. Después conocí a una persona que conocía al CEO de Starbucks y tuvimos una reunión en 2015. Introdujimos en principio dos categorías y hoy ya les vendemos seis. En el caso de YPF, pasó lo mismo: llegamos a ellos a través de distribuidores o empresas. El mercado te hace transitar por un embudo”, continuó.
Hoy, entre sus clientes cuentan también a Nucha, Tostado, Juan Valdez, The Coffee Store, Lucciano´s, Le Pain Quotidien y Cabrales, entre otros. En cuanto a los productos, agregaron a su portfolio alfajores, cantuccinis de almendras y stroopwaffles (una galleta circular de tipo waffle, o gofre, de los Países Bajos).