Tiene múltiples beneficios para la salud y puede adaptarse a distintas preparaciones en sus versiones en polvo, al natural o en infusiones. Un repaso por cada una de ellas para cocinar en casa
El jengibre es una planta utilizada en diversas culturas por su característico sabor refrescante y, sobre todo, por sus propiedades medicinales. La parte utilizada para estos casos es el rizoma, un tallo que crece horizontalmente y que se puede consumir fresco, seco, en polvo, o en forma de jugos, aceite y té. Este último caso es, sin dudas, uno de los más frecuentes, debido a la facilidad que tiene su preparación.
El jengibre puede ser útil para calmar las náuseas y los vómitos. Además, ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre y a proteger ante enfermedades cardiovasculares, entre otros beneficios.
Conocido por su distintivo sabor picante, es preferible consumirlo en su forma fresca en lugar de en polvo, ya que contiene una mayor concentración de gingerol, el compuesto activo del que se desprenden la mayoría de las bondades.
“Los países orientales consideran al jengibre esencial en la dieta diaria, como preventivo de enfermedades y como colaborador de la digestión. En su formato molido, es utilizado para la elaboración del tradicional pan de Navidad, en la preparación de pasteles y galletitas, confituras, mermeladas, bebidas, así como en la obtención de la cerveza de jengibre”, señala un informe de la Secretaría de Agroindustria de Argentina.
Si bien las formas de consumir jengibre son variadas y responden al gusto de cada persona, Infobae realizó un repaso por las mejores opciones y recetas para maximizar los beneficios de esta planta y deleitar el paladar.
Infusiones de jengibre: Una de las formas más populares de consumo es a través del té de jengibre. Prepararlo es sencillo, ya que solo se precisa hervir trozos del tallo en agua durante 15 minutos, dejarlo reposar y añadirle un chorrito de limón. Además, se pueden encontrar variedades de infusiones de jengibre combinadas con cítricos como el limón o endulzadas con miel. Los expertos sugieren disfrutar de una o dos tazas de té de jengibre al día para aprovechar sus beneficios.
En ensaladas y sopas: Agregar jengibre crudo o rallado a una ensalada le dará un sabor único y refrescante. Además, se puede utilizar para preparar un aderezo casero, a través de una mezcla sencilla de salsa de soja, agua y jengibre licuado, que realzará el aroma de cualquiera receta. Por supuesto, el jengibre también es un ingrediente versátil en las sopas. Un paso a paso fácil y nutritivo consiste en preparar un caldo de cebolla, zanahoria y jengibre.
Salteado de verduras: Añadir jengibre rallado mientras se saltean verduras a la plancha puede potenciar los abores. Para darle un toque oriental a la preparación, se le pueden sumar semillas de sésamo, salsa de soja y aceite de sésamo. El brócoli y la zanahoria son excelentes opciones para combinar con jengibre en esta receta.
Como condimento: El jengibre rallado o en polvo puede ser el toque final perfecto para realzar el sabor de platos de carne. También es ideal para combinar con pescados, ya que la mezcla con el limón aporta frescura y un toque picante.
Recetas con jengibre
Té helado de moras con canela y jengibre, por los expertos de Mayo Clinic
“Incorporar el jengibre fresco a tu alimentación diaria no solo añadirá un sabor especial a tus platos, sino que también te permitirá aprovechar sus beneficios para la salud”, señalan los expertos de Mayo Clinic de EEUU, y contaron el paso a paso de una infusión única.
Ingredientes
-Seis tazas de agua
-Doce saquitos de té de hierbas de zarzamoras
-Ocho ramas de canela.
-Una cucharada de jengibre fresco picado.
-Una taza de jugo de arándanos rojos sin endulzar.
-Un sustituto de azúcar, a gusto.
-Cubos de hielo triturados.
En una cacerola grande, calentar el agua hasta el punto previo al hervor. Agregar los saquitos de té, dos de las ramas de canela y jengibre. Retirar del fuego, tapar y dejarlos en infusión durante aproximadamente 15 minutos. Pasar la mezcla por un tamiz de malla fina colocado sobre una jarra. Agregar el jugo y edulcorante a gusto. Refrigerar hasta enfriar bien. Para servir, llenar seis vasos altos con hielo triturado. Vertir el té sobre el hielo y decorar con las ramas de canela. Servir y disfrutar.
Bolitas de pescado y jengibre, por Paulina Cocina
Ingredientes
-Medio kilo de merluza u otro pescado blanco
-Media taza de pan rallado
-Un huevo
-Dos rodajas gordas de jengibre
-Dos cucharadas de cilantro picado
-Un diente de ajo
-Semillas de sésamo
-Aceite para freír
-Sal y pimienta, opcional: salsa de soja o limón.
Picar el pescado en trocitos muy pequeños; debe quedar como carne picada. Mezclar la picada de pescado con el pan rallado, el huevo, el jengibre, ajo y el cilantro picados. Salpimentar. Debe quedar una pasta homogénea.
Formar bolitas pequeñas y pasarlas por el sésamo hasta que queden cubiertas. Freír en aceite muy caliente, una pasada rápida, hasta que estén levemente doradas. Retirar y reservar. Pinchar cada una con un palillo. Decorar con más cilantro. Pueden servirse con salsa de soja o con limón.
Arroz con jengibre, por Rose Marie Donhauser, escritora y periodista culinaria.
Ingredientes
-Un trozo de jengibre del tamaño de un pulgar
-Dos pimientos
-Aceite vegetal
-Arroz
-Sal, pimienta y chile a gusto
-Caldo de verdura
Pelar un trozo de jengibre del tamaño de un pulgar. Luego, cortarlo en cuadraditos (o rallarlo). Lavar los dos pimientos, retirarles las semillas y cortarlos en cuadraditos. Calentar aceite vegetal en un asador. Saltear el jengibre y los pimientos en el aceite caliente. Agregar arroz al asador y freír todo durante unos minutos, removiendo constantemente. Condimentar con sal, pimienta y chile a gusto.
Agregar el caldo de verdura. Después de que el caldo empiece a hervir, trasladar el asador al horno precalentado y cocer durante unos 30 minutos.
Fuente: Infobae