Ya lo dije el martes. Hoy toca escribir, y leer, de OttoBock, una empresa mediana alemana que con un siglo de historia se ha convertido en un referente mundial en el campo de las prótesis, y que está también innovando con la inteligencia artificial (IA) para que sus productos aprendan de esas personas que tienen que llevar un apéndice mecánico porque les falta alguno de sus miembros. Nunca había oído hablar de ellos, pero gracias al Bosch Connect World de Berlín tuve la oportunidad de conocerles, y por ende de escribir estas líneas para mostrar algunas de sus creaciones.
Coger una botella y servirse un vaso de agua, para la mayoría de nosotros es un gesto automático, pero no lo es para personas con una amputación de brazo. Hasta ahora, en la mayoría de los casos los usuarios de una prótesis debían cambiar conscientemente entre diferentes funciones de la prótesis por medio de las llamadas co-contracciones, las contracciones breves simultáneas de dos grupos musculares. O también podían hacer el cambio entre las funciones de forma manual. Myo Plus, de OttoBock, es el primer sistema de control de prótesis en Europa con detección de patrones, gracias a que utiliza inteligencia artificial.
Reconocimiento de patrones de movimiento
Gracias a ocho electrodos el sistema de control de la prótesis mide los patrones de movimiento de los músculos en el muñón del antebrazo y los asigna a determinados movimientos o agarres de la mano. Por ejemplo, atarse los cordones de los zapatos o girar el pomo de una puerta. Si un paciente coge una botella de agua, el sistema de control de la prótesis Myo Plus reconoce el patrón de movimiento correspondiente y envía a la prótesis la orden de ejecutar el agarre correspondiente o el giro, y todo ello de forma automática.
Tras una primera adaptación efectuada por un técnico ortopédico, el paciente puede controlar por sí mismo el sistema de control de la prótesis utilizando para ello una aplicación. La aplicación visualiza los patrones de movimiento medidos, y de este modo el paciente puede entrenar cómo activar estos patrones inconscientemente con mayor precisión. El primer entrenamiento del uso del nuevo sistema de control dura unos pocos días, siempre en función del paciente, pero el mayor reto es la semejanza de diferentes patrones, puesto que muchos movimientos de la mano tan solo se diferencian en pequeños detalles. Myo Plus reconoce una gran variedad de patrones y los asigna correctamente. En cuanto se establece la comunicación entre el usuario y el sistema de control de la prótesis, el usuario puede guardar el avance con la aplicación y realizar así por sí mismo los reajustes.
Aplicaciones en el mundo laboral
No fue Myo Plus el único elemento que me llamó la atención de OttoBock. También pude ver en Berlín a Paexo, un exoesqueleto que ayuda a los empleados en las cadenas de producción y en sectores como el comercial, durante actividades extenuantes, a mantener una postura ergonómica. El objetivo de este dispositivo es brindar alivio a las personas que realizan tareas físicamente exigentes, como el trabajo por encima de la cabeza, creando así condiciones de trabajo más saludables.
El exoesqueleto, según la empresa alemana, fue diseñado para su uso en aplicaciones industriales, como por ejemplo en fabricantes de automóviles, hangares y astilleros de aviones, empresas comerciales o empresas de logística. Los trabajadores usan Paexo cerca de su cuerpo, de forma similar a una mochila, y cuando levantan los brazos las almohadillas del antebrazo transfieren este peso a las caderas gracias a la tecnología de tracción mecánica del cable. Esto proporciona un alivio notable para los músculos y articulaciones en la región del hombro. El dispositivo reduce así la tensión física crítica durante el trabajo, lo que podría reducir el riesgo de trastornos músculo esqueléticos relacionados con el trabajo en la región del hombro a largo plazo. Estos trastornos son la causa más común de incapacidad para trabajar en Alemania y Europa y, por lo tanto, un factor de coste significativo para las empresas y los sistemas de salud.
Paexo es un exoesqueleto pasivo que no requiere suministro de energía, lo que lo hace especialmente ligero con un peso de menos de dos kilogramos. Su diseño se basa en movimientos humanos naturales, por lo que los usuarios pueden caminar, sentarse y también recoger objetos con él en el cuerpo. Se puede usar cómodamente durante más de ocho horas y proporciona un alivio notable para los hombros y brazos durante el trabajo por encima de la cabeza.
Por este tipo de dispositivos e innovaciones son por las que, a partir de ahora, no se debería hablar de Internet de las Cosas, sino de Internet de las Personas. Sólo si ayudan a mejorar la calidad de vida de la gente tendrá sentido desarrollarlas y evolucionarlas.
Fuente: Muy Interesante