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Las siete claves para impulsar la salud cerebral y alcanzar la longevidad

Las siete claves para impulsar la salud cerebral y alcanzar la longevidad

Estimular el cerebro es posible en cualquier momento de la vida, gracias a la denominada “plasticidad neuronal”. Cuáles son los beneficios y qué recomiendan los expertos consultados por Infobae

El paso del tiempo es inevitable. Sin embargo, cuando hablamos de salud, hay herramientas que están a nuestro alcance para, por ejemplo, cuidar el cerebro y mantenerlo activo mediante nuevas experiencias o formas de aprender. Es que las conexiones neuronales de este órgano son vitales para, entre otras cosas, afrontar los cambios que, inclusa, provoca el envejecimiento.

En ese tono, los especialistas hacen hincapié en el concepto de “plasticidad neuronal”, bajo el cual el cerebro de los humanos, en cualquier edad o etapa de la vida, puede ser estimulado. Cada nueva experiencia a la que nos abrimos cambia la estructura de la mente y produce sendos beneficios. En general, el envejecimiento afecta de forma negativa al área cerebral a través de malestares físicos de toda clase y enfermedades que afectan directamente a la cognición; algunas de ellas tienen que ver con accidentes cerebrovasculares y tumores, según citó National Geographic en un reciente artículo.

En este contexto, expertos puntualizaron a Infobae sobre la importancia de estimular la actividad neuronal no solo para llegar a la longevidad sino también para cuidar la salud general del organismo. “Hasta ahora, la ciencia nos dijo que el cerebro tenía un tiempo de vida útil y empezaba a decaer, con un umbral de deterioro a diferente edad, dependiendo de los genes y el estilo de vida. Desde el 2000, cuando Eric Kandel ganó el Premio Nobel, comprendimos que el cerebro puede seguir cambiando su estructura, aprendiendo y mejorando hasta el último día de nuestras vidas”, detalló Carol Kotliar, especialista y master en Hipertensión Arterial e investigadora del CONICET.

Las siete claves para impulsar la salud cognitiva y alcanzar la longevidad

Mantener sanas las conexiones neuronales del cerebro pueden ayudar a afrontar los cambios propios del envejecimiento (Getty)

1- Actividad física. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada cuatro adultos no realiza los 150 minutos diarios recomendados de actividad física con intensidad moderada. En ese sentido, desde el ámbito académico sobran datos para comprender que solo con una caminata diaria pueden percibirse beneficios. Sobre este punto, el doctor Roberto Peidró, director Instituto de Ciencias del Deporte de la Universidad Favaloro, le dijo a Infobae: “La actividad física tiene múltiples aportes para la salud cerebral. Es increíble ver cómo las personas que hacen deporte a lo largo de los años, en comparación con los que no han realizado, muestran que su edad biológica puede no corresponderse con su edad cronológica”.

Según Peidró, “lo ideal es empezar por algunos movimientos como caminar, subir la escalera o trotar. Es un gran desafío que las personas comiencen y sigan de manera constante. Es decir, que adhieran a la actividad física. Lo importante es que el cuerpo esté en movimiento”.

En 2022, un estudio científico realizado por expertos del Centro para el Envejecimiento Activo y Saludable de la Universidad del Sur de Dinamarca encontró que caminar 10.000 pasos por día puede reducir a la mitad el riesgo de demencia. Borja del Pozo Cruz, uno de los autores, describió: “Caminar se asocia con mejores condiciones vasculares, evitando, de este modo, la demencia. Con lo cual, la demencia vascular puede ser aún más prevenible”. Esta patología se relaciona con una serie de problemas cerebrales que afectan a la concentración y a la memoria. Este cuadro es el segundo más frecuente en su tipo, después del Alzheimer.

2- Vida social. Tras el aislamiento por la pandemia del COVID-19, la ciencia puso el foco en los efectos positivos de la vida social, especialmente para los adultos. Un estudio científico publicado en 2022 en la revista The Lancet Healthy Longevity, expertos del Centro para el Envejecimiento Cerebral Saludable (CHeBA) de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sidney, postularon que vivir con otras personas y participar en grupos comunitarios se asocian con una mayor longevidad, con un deterioro cognitivo más lento y con una mejor calidad de vida.

“Compartir un hogar con una o más personas y participar semanalmente en grupos colectivos mostró los resultados más sólidos, lo que indica que estos factores son componentes fundamentales en el vínculo con un menor deterioro cognitivo. También identificamos una relación entre nunca sentirse solo y una tasa más lenta de deterioro cognitivo”, destacó el autor Henry Boradty.

Para llegar a estas conclusiones, Boradty y sus colegas observaron los vínculos de aproximadamente 40.000 personas a través de los datos de 13 estudios internacionales. En diálogo con Infobae el médico clínico y gerontólogo, Luis Cámera, analizó los resultados de este trabajo. “El hecho de estar acompañado es una estimulación cognitiva que ayuda a retrasar la aparición de la demencia y, en caso de que ésta aparezca, hace que su curso sea un poco más lento porque se prolonga la vida útil de nuestro cerebro. La socialización con otras personas previene también la depresión, que en sí misma es bastante nociva para las neuronas porque acelera los tiempos de una demencia y está muy asociada con la soledad”, dijo.

Está demostrado que la vida social previene el deterioro cognitivo relacionado con la edad (Getty)

3- Estimulación cerebral. Aunque suele asociarse al paso de los años con una menor apertura hacia nuevos aprendizajes y estímulos, los especialistas contradicen esa mirada y llaman a mantener activos el ingenio y la memoria. Es que la evidencia científica disponible advierten que utilizar un binomio que contenga un trabajo de memoria y conocimientos, que luego se aplica (para afianzarlo en la memoria a largo plazo) en juegos de ingenio, impulsa la plasticidad neuronal.

“Cuando esos nuevos conocimientos son algo que no sabemos, es decir que no nos quedan confortables y nos alejan de nuestra zona de confort, y eso es mucho mejor”, ya que gracias a la asociación inseparable de 2 intervenciones (trabajo de memoria y conocimiento) se logra “preservar y potenciar la eficiencia de las actividades cognitivas trasladas a la vida cotidiana del adulto”, afirmó la ya citada Carol Kotliar, una de las responsables del método MTT 245.

Sobre este mirada, la doctora Teresa Torralva, neuropsicóloga y presidente de Fundación INECO, completó entre las estrategias que se pueden adoptar que “los juegos son un gran recurso para mantener en activa y desafiada a nuestra mente”. Es que “las nuevas experiencias, las nuevas formas de aprender, mantienen el cerebro más robusto a cualquier edad porque estimulan nuevas conexiones entre los circuitos neuronales del cerebro. Y cuantas más conexiones tenga el cerebro, mejor podrá hacer frente a los cambios provocados por el envejecimiento normal y las enfermedades”, indicaron desde National Geographic.

4- Descanso. Es una verdad conocida que dormir poco o mal es contraproducente para la salud. No obstante, las devastadoras consecuencias que pueden presentarse en estos casos son cada vez más extensas. Días atrás, expertos de Harvard, la Universidad de Columbia, la Universidad de Miami y la Universidad de Massachusetts detallaron estas repercusiones.

Según, los especialistas la falta de sueño en las personas mayores puede llevar a cambios estructurales en el cerebro que se asocian con problemas en la memoria de largo plazo. Elizabeth Klerman, profesora de neurología de la Facultad de Medicina de Harvard, explicó: “No hay pruebas de que puedas dormir cuando no estás cansado. El peligro viene cuando una persona pierde horas de sueño a largo plazo, ya que hay efectos en la memoria y en el riesgo de demencia”.

Bajo estos preceptos, los adultos mayores deben dormir en promedio 7 u 8 horas por día. “Dormir es un proceso por el cual nuestro cuerpo recupera energía, se regulan hormonas, se refuerzan las defensas y, además, se consolida la memoria”, había señalado en diálogo con Infobae la doctora Agustina Furnari, miembro de la Unidad de Medicina del Sueño de Fleni.

Las horas de descanso son vitales para disminuir el riesgo de demencia y robustecer las conexiones neuronales (Getty)

5- Alimentación saludable. ¿Existe una dieta de la longevidad? Para los científicos de la Universidad del Sur de California, en Estados Unidos, es probable que sí. En un estudio científico realizado en 2022 identificaron a los cereales integrales, las verduras, las legumbres, el aceite de oliva y los frutos secos como componentes fundamentales de la alimentación diaria de los adultos mayores.

Aunque los investigadores no establecieron cantidades exactas de estos alimentos, en el estudio -publicado en la revista Cell- postularon que esta dieta podría “retrasar el envejecimiento y reducir el riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con la edad, como la diabetes y el cáncer”. “La dieta que abarca la composición de los alimentos, la ingesta de calorías y la duración, además de la frecuencia de los períodos de ayuno, afecta el período de tiempo en el que se mantienen la salud y la capacidad funcional. Para esto, nos enfocamos en estrategias nutricionales factibles que han demostrado retrasar el envejecimiento y prevenir enfermedades”, indicaron.

En ese tono, el reconocido médico genetista Jorge Dotto le había resaltado a Infobae las consecuencias de una mala alimentación: “Cuando uno come comida ultra procesada diariamente, eso impacta en disminuir la longevidad de telómeros, la parte final de los cromosomas. Cuando alguien tiene esta alimentación se acorta la edad biológica. Una persona puede tener una edad biológica igual a la edad cronológica, pero hay otras que tienen una edad biológica más joven a su edad cronológica por la alimentación, por hacer ejercicio y por dormir bien”.

6- Conexión musical. Aunque hay planteos que indican que a medida que pasan los años los seres humanos tenemos menos curiosidad por descubrir nuevos géneros y ritmos, desde el ámbito de la musicoterapia resaltan los beneficios de los sonidos y las canciones para la salud cognitiva.

“En los adultos mayores, existe una conexión muy movilizante, porque el escuchar música permite la capacidad de evocar historias vividas, y más en un contexto terapéutico, donde una gran parte de ellos sufre Alzhéimer y la música funciona como un gran estimulante para la memoria, la atención y el volver a vivir situaciones que alguna vez trajeron felicidad”, le dijo a Infobae la musicoterapueta Gisell Martínez (MN 798).

En segundo lugar, Martínez apuntó: “El beneficio principal de la música siempre tiene que ver con una mejora en la calidad de vida y en el bienestar subjetivo de los adultos mayores, es decir, en cómo ellos perciben su manera de estar. Si tuviésemos que enumerar algunos otros beneficios estos serían estimular la memoria y la atención, mejorar la coordinación corporal, impulsar la expresión integral, fomentar la resiliencia y desarrollar la sociabilización y los lazos sociales”.

7- Chequeos médicos. Se trata de uno de los aspectos más importantes de la salud, ya que gracias a los chequeos de rutina se advierte cualquier síntomas y se puede iniciar un tratamiento precoz. Jorge Tartaglione, presidente de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), destacó anteriormente que la consulta con un médico de cabecera “resulta clave para detectar situaciones que pueden resultar riesgosas al hacer alguna actividad o práctica deportiva, por ejemplo. El apto físico es la posibilidad de tener un control de la salud y de poner en práctica la medicina preventiva”.

Tal como se observa, la prevención a tiempo es fundamental para afrontar cualquier enfermedad o problema de salud relacionado con la edad. Por ejemplo, el 90% de los accidentes cerebrovasculares (ACV) están asociados a factores de riesgo que se pueden prevenir. Entre ellos se encuentran la hipertensión, la diabetes, el colesterol elevado, el tabaquismo, el sedentarismo y la fibrilación auricular.

Lamentablemente, hay quienes eligen consultar en Internet antes que ir al médico. “Hacen eso para después ver si corroboran con el profesional. Otras personas consultan primero con el médico para después corroborar con Google. Y otras consultan directamente con el buscador web en lugar de ir al médico. Y ahí es donde está la complicación porque es como una ruleta rusa. Todo depende de dónde haya caído”, advirtió sobre este punto el doctor Alberto Cormillot.

Fuente: Infobae

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