El humorista gráfico, que ya acumula 25 años como gran ilustrador, analizó la transición de su público juvenil entre el papel y el mundo virtual. Qué se esconde en el mundo de Gaturro, su personaje más famoso.
Su éxito reposa en lo visual, pero una buena parte de sus seguidores todavía ni conoce su cara. Su firma le dio sustento a una de las tiras cómicas más famosas de la actualidad de la prensa gráfica, pero casi nadie conoce su verdadero nombre. Es un bonaerense de 45 años, se llama Cristian Dzwonik y está consolidado como uno de los grandes supervivientes de la historieta argentina. Pero todos lo conocen como Nik, autor del legendario comic Gaturro, quien no sólo se convirtió en un emblema para el humor para niños, sino que además logró atravesar con solidez la transición entre el papel y las pantallas de los dispositivos digitales.
“Nuestra generación es una generación no nativa en lo digital y aprendimos a convivir con las dos cosas. Nacimos con el papel, los lienzos, los bastidores, las pinturas. Yo estoy rodeado de pinturas. Pero también estamos rodeados de lo digital, computadoras, tablets, celulares. Entonces, es una generación muy interesante porque convivimos con ambas partes“, aseguró el ilustrador en una entrevista íntima a Infobae.
Su oficina, con una suerte de caos organizado, desprende color… muchísimo color. Desde las cartas y mensajes que envían los niños fanáticos de Gaturro hasta los cientos y cientos de dibujos que lo acompañan. Lápices, marcadores, pinceles, colores rosa, fucsia, violeta y más y más fascículos. El ecosistema del dibujante refleja el mundo de alguien que logró convertir sus responsabilidades profesionales en algo lúdico.
Nik puede darse el lujo de haber podido dar el salto a los nuevos contenidos digitales y aún así mantenerse a la vanguardia con su sitio MundoGaturro.com. “Hoy en día, la web tiene más de 15 millones de suscriptos únicos en toda Latinoamérica. Para los chicos, esa transición del papel a las pantallas fue algo totalmente natural”, afirmó el humorista.
– ¿Los chicos de hoy leen menos que antes?
No, me parece que leen distinto. En todo caso, tienen más estímulos que antes, y eso es bueno. No sólo hay que leer ahora, sino que hay que incorporar elementos desde lo visual. Hasta los emojis son una manera de comunicar. También es interesante cómo va cambiando el lenguaje en cómo escribimos: a veces reemplazamos una “q” por una “k”. Es como que vamos simplificando la ortografía y hasta la Real Academia lo reconoce. Entonces, no es que leen menos, leen distinto y tienen muchísimos más estímulos y muy dispersos. La tarea para los padres, los comunicadores o en los colegios es tratar de que los chicos no estén tan dispersos e hiperactivos sino que se puedan concentrar en lo que quieran hacer.
– ¿Hay un ahorro en el vocabulario?
No creo que los chicos estén restando vocabulario. Todos los chicos que conozco juegan a la compu, pero también leen muchísimos libros de Gaturro, que están llenos de texto. Las madres te lo agradecen porque vuelven al contacto con la historieta. Además, con la compu y el celular, volvió el texto. En los ’90, los chicos miraban cable y la verdad es que en la televisión sí que hay poco texto. Pero en la computadora hay texto todo el tiempo. Tenés que leer el nombre de la aplicación, tenés que comunicarte por whatsapp, las redes sociales. O sea, volvió el texto. Hay un contacto del texto y lo visual. Hay muchísimo estímulo visual, pero me parece interesante esta transición, que estamos yendo no sabemos bien hacia dónde.
El éxito es encontrar eso que te gusta mucho. Eso que lo llevás muy adentro y que lo sentís desde muy chico. Es muy importante poder detectar esa vocación temprana y poder realizar en tu vida eso que amás. No importa después si es exitoso en términos comerciales. Lo importante es estar en paz con uno y decir: “estoy haciendo realmente lo que me gusta y estoy utilizando mi tiempo en lo que amo”. Para mí eso es el éxito.