“Papa Francisco, te quiero contar que mi corazón está muy triste porque tengo miedo de que un día deporten a mis papas“, declaró la pequeña Sophie Cruz a las cámaras del canal Univisión, ante las cuales recitó parte de la carta que entregó al Papa Francisco tras saltarse la valla de seguridad.
La nena de cinco años, que se presenta como “una ciudadana americana de raíces mexicanas”, hija de indígenas de Oaxaca, recalcó que su padre Raúl Cruz “trabaja muy duro en una fábrica” y que “todos los inmigrantes cómo mi papá alimentan a este país y por lo tanto merecen vivir con dignidad, merecen ser respetados”.
Sophie y su hermana pequeña Sarah forman parte de un grupo de varios millones de niños nacidos en suelo estadounidense cuyos padres pueden ser deportados en cualquier momento por haber entrado en el país de forma ilegal.
Por esto, le pidió al Sumo Pontífice que interceda por los inmigrantes y abogue por la reforma migratoria que legalice a los más de 11 millones de indocumentados que viven en EE.UU.
Obama aprobó por decreto en noviembre pasado varias medidas para proteger a unos 5 millones de inmigrantes indocumentados ante la inacción del Congreso pero un juez de Texas (sur) las congeló al poner en duda su constitucionalidad.
Según contó la pequeña Sophie al diario The Washington Post, tiene otra carta lista para entregar a Obama. Y si, como dijo su mama Zoyla “todo lo que se propone, lo logra”, no debería tardar mucho en llegar al mandatario.
