Los chicos que conviven con animales de compañía pueden tener menos probabilidades de desarrollar ciertas afecciones. Cuál es el motivo
Por Dr Juan Enrique Romero para Infobae
Numerosos estudios señalan las bondades de convivir con animales de compañía, sobre todo en los hogares donde hay chicos. Los animales favorecen, en los más pequeños, el desarrollo de capacidades sociales y emocionales como el afecto, la empatía, la curiosidad, el sentido de la responsabilidad, el cuidado hacia otros, el respeto por la naturaleza e inclusive hasta el duelo por la pérdida de su compañero.
Pareciera ser que a estos beneficios deben adicionarse, a partir de ahora, otros que se han descubierto fundamentales para la salud integral, como serían el refuerzo del sistema inmunológico y la reducción del riesgo de padecer alergias respiratorias.
De esa forma, un muy reciente estudio reveló que los niños pequeños que viven con perros tienen tres veces menos probabilidades de desarrollar estas alergias. Pero otro nuevo estudio relacionado amplió el concepto y aseguró que la convivencia con estos animales de compañía ayuda a prevenir alergias alimentarias en bebés y niños.
De acuerdo con los resultados de ese estudio, se encontró que las probabilidades de que un chico (durante su desarrollo fetal e infancia temprana) que conviva con un animal, ya sea perro o gato, desarrolla alergias a los alimentos hasta un 16% menos, comparado con aquellos que no conviven con un animal en casa. Esta protección se encontró como marcadamente diferente según el animal conviviente en la casa.
Los chicos con perros en el hogar son menos propensos a desarrollar alergias al huevo, los frutos secos y la leche, mientras que los chicos con gatos serían más inmunes a sufrir alergia alimentaria a la soja y a los cereales como el trigo, la cebada y el centeno.
Esta circunstancia podría atribuirse a homologías proteicas de las sustancias de la piel de estos animales y su generación de defensas por acostumbramiento. En otras palabras, la exposición a ciertos animales parece reforzar el microbioma intestinal del bebé, lo que implica mayor robustez inmunológica y menor sensibilidad alérgica.
Al analizar la situación de chicos que conviven con otro tipo de animales como tortugas y pájaros, no se encontraron datos relevantes. Pero, sin embargo, en el caso de la exposición de las madres humanas gestantes a cobayos, conejos, y sobre todo hámsters se encontró y relacionó con ello, el doble de riesgo a sufrir una intolerancia a las nueces. Este fenómeno reactivo podría estar relacionado con el tipo de anticuerpos que se desarrollan en la flora intestinal por ese contacto.
Se cree que los animales de compañía tradicionales, como el perro y el gato, pueden llegar a fortalecer el microbioma intestinal de un bebé, por la exposición a sus proteínas externas mientras que otros agregan que la exposición a la suciedad o las excretas generadas por los animales sería lo que fortalece el sistema inmunitario de bebés y niños.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
Fuente: Infobae