La sangre es un insumo vital para el tratamiento de pacientes con diferentes afecciones. En diálogo con Infobae, una experta revela por qué es importante fomentar la donación voluntaria y repetitiva.
“Dependemos de la conciencia del donante” expresaron el doctor Daniel Stamboulian y la especialista Gloria Góngora, médica en medicina transfusional y miembro de la Asociación Argentina de Hemoterapia e Inmunohematología (AAHI).
La sangre y sus componentes son imprescindibles para ayudar a las personas a sobrevivir a condiciones graves de salud, procedimientos médicos y quirúrgicos complejos, partos y lesiones causadas por accidentes y desastres. Cada donación voluntaria de sangre puede salvar hasta tres vidas. “Debemos comprender que sin la donación, no existe el tratamiento transfusional para el paciente”, señaló la doctora Gloria Góngora, medica especialista en medicina transfusional. Por este motivo, según la especialista, es necesario trabajar para promover la toma de conciencia en el donante para que comprenda “la trascendencia que tiene la donación de sangre”.
De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) un suministro adecuado y fiable de sangre segura sólo puede asegurarse mediante donantes de sangre voluntarios regulares no remunerados. Según el organismo internacional, en América Latina y el Caribe, poco más del 45% de las aproximadamente 9,2 millones de unidades de sangre recolectadas en 2014 para transfusiones provino de donantes voluntarios, mientras que casi el 55% restante fue por reposición, lo que fuerza a las personas a dar sangre con urgencia cuando algún familiar o allegado lo requiere.
A pesar de estos guarismos, el porcentaje de donantes voluntarios ha crecido levemente, 4 puntos porcentuales entre 2010 y 2014 (del 41% al 45%), según los últimos datos disponibles. No obstante, el objetivo a nivel nacional y regional es poder llegar a un 100% de donantes voluntarios altruistas y de repetición.
De acuerdo a la especialista en medicina transfusional, el pueblo argentino ha dado sobradas muestras de solidaridad y generosidad. Por este motivo, consideró que la falta de donantes voluntarios se debe más bien a la falta de educación e información que a la falta de empatía con quienes lo necesitan.
“Va a ser el único camino para lograr un sistema capaz de abastecer las necesidades de sangre de la población de pacientes, y algo que no se tiene demasiado en cuenta que percibe la gente que es la seguridad de la sangre que estamos transfundiendo”, agregó. Según destacó la especialista, la seguridad en la calidad de este insumo vital no dependerá del aumento de los controles y estudios de laboratorio que se le puedan realizar sino, más bien, del nivel de conciencia, información y experiencia de los donantes que se acerquen al banco de sangre de forma repetida.
“Donante de sangre” es sinónimo de buena salud y solo quienes gocen de buena salud pueden compartir este compuesto. No obstante, existen personas con patologías que pueden ser aceptadas como donantes, como los hipertensos, los diabéticos con tratamiento oral o quienes viven con hipotiroidismo. “Son patologías que no ponen en riesgo al producto que vamos a obtener ni al paciente que lo recibirá”, destacó la doctora Góngora.