La distinción le fue otorgada por su trabajo como enviado especial en la invasión rusa a Ucrania. El galardón se entregará el 9 de noviembre en Nueva York y la elección la hace la gente. Donde votar
Times Square, en Nueva York. El centro de Occidente. El lugar donde las pantallas que rodean la plaza triangular reciben los ojos de todo el mundo. Y allí, de pronto, aparece un rostro familiar. Es un pestañeo, tres segundos. Pero está: la imagen anuncia que Joaquín Sánchez Mariño, el periodista que cubrió la guerra en Ucrania para Infobae, es uno de los candidatos a recibir el premio Latin Plug en la categoría “Comunicador” por ese trabajo.
“El primer sorprendido fue yo -cuenta Joaquín-. Esta profesión te lleva a lugares donde no esperás”. Sin embargo, aclara: “Entre los periodistas que más respeto hay cierta cultura de rechazo a los premios. No es una postura tanto hacia afuera como lo es hacia adentro: uno se convence de que la única cobertura que importa, la única nota que importa, es la que viene, la siguiente, nunca la anterior. Es, supongo, la manera que encontramos de tolerar un oficio que muchas veces nos pone frente a realidades muy tristes”.
El 24 de febrero comenzó la invasión de Rusia a Ucrania. El 25, Joaquín apuró su equipaje. El 27, tuiteó: “Después de dos días intensísimos de viaje, entré hoy a Ucrania. Solo hacer cincuenta metros te hace chocar de frente con la guerra”. En esos 130 caracteres obvió, por cuestiones de espacio, que debió volar a Varsovia desde Buenos Aires y que luego hizo dedo hasta que un alemán lo llevó hasta la frontera polaca antes de cruzar a Lviv, la ciudad más grande del oeste ucraniano, cerca del límite. Pero enseguida se dio cuenta que no era suficiente: “Acá no puedo contar la guerra porque no pasa nada, tengo que ir adonde esté sucediendo algo”.
Luego de organizarse, viajó en tren a Kiev, la capital. Tuvo temor, contó: “No había nada más peligroso que Kiev. Me recomendaron no ir. Pero había que estar. En Kiev sentí el clima de guerra, los ruidos, los olores”. Estuvo diez días allí. Pero un día se dijo: “Tengo que ir al frente. Esto no es la guerra. No están atacando mi hotel. Hay que ir a fondo”.
Continuó hasta Vínnytsia y más tarde a Zhitómir, donde cubrió los bombardeos a las escuelas. La cobertura para Infobae lo llevó a Odesa, Mykolaiv, Kiev otra vez y Járkov, lo más cerca que se podía estar del avance de las tropas rusas. Comió y durmió donde y como pudo, con el ruido de las explosiones y las sirenas que retumbaban a poca distancia. En Bucha vio las consecuencias del horror junto al fotógrafo de Infobae Franco Fafasuli: destrucción, muerte, cadáveres en las calles.
Cada una de las notas que Joaquín envió desde Ucrania vibran. Se siente la adrenalina del enviado. En Irpin, una bomba explotó a escasos metros de donde estaba. Se salvó por muy poco. El video es aterrador. Pero él está ahí, poniendo el cuerpo. “Si me hubiera quedado un poco más, podría haber estado en una trinchera, en batalla con los rusos, mirando cómo los militares se bombardean con los rusos. La guerra siempre se te muestra más allá, pero es tramposa, porque te hace creer que tenés que seguir avanzando. Y hay que tener cuidado para saber dónde frenar. En un momento, sentí que ya estaba bien, que era suficiente, y había que cortar ahí. Estaba siendo víctima de ese histeriqueo con la guerra”, relató. Después de 42 días, regresó.
Su conclusión, hoy que pasaron ocho meses de esa cobertura, es la siguiente: “Agradezco de corazón que Infobae haya confiado en mi para ir a contar esa realidad tan dura de lo que sucedía y aun sucede en Ucrania, y más aún agradezco la libertad con que pude hacerlo. Esta nominación me honra y siento que es una puesta en valor del periodismo que amo, y que se hace siempre en territorio. Quienes estuvimos allá al principio nos preguntábamos constantemente cuánto podría durar el conflicto, si era posible cubrirlo en su totalidad, poner nuestra vida absolutamente al servicio del oficio. Es doloroso saber que casi todos nosotros fuimos derrotados en esa vocación, que eventualmente tuvimos que salir y seguir con nuestras vidas. Pero la verdad es que el mundo es demasiado grande y demasiado complejo y tratar de contarlo es siempre un camino que termina en derrota. Y en ese aspecto supongo que una nominación a un premio es una manera de alentarnos más allá de esa derrota. Una manera de decirnos -de decir, a quien quiera escuchar- que estar en los lugares de los hechos y dar testimonio tiene un valor. Y no hay, creo yo, mayor recompensa que esa”.
La organización que entrega el premio Latin Plug tiene sedes en los Estados Unidos, Argentina, República Dominicana y Colombia. Y galardona a personalidades de esos países en diferentes categorías, desde artísticas a sociales. Las distinciones se entregarán en el United Palace de Nueva York el próximo 9 de noviembre y se otorgan de acuerdo al voto de la gente, que debe hacerlo a premiaciones-latinplug.web.app.
Mauricio Vega, CEO Latin Plug, explicó que “Latin Plug, sigue reconociendo los grandes logros de todos nuestros artistas y de aquellos que de alguna u otra manera nos influencian positivamente. Me mantiene motivado poder destacar las victorias de los demás, aquellos que luchan día a día por progresar constantemente y que tienen claro cuál es su objetivo, y es, seguir avanzando hacia sus sueños más grandes. Por eso estos premios los hicimos con un solo fin, exaltar y agradecer.”
FUENTE:Infobae