Los lugares a cielo abierto se perfilan como las opciones preferidas de los argentinos a la hora de planificar las vacaciones.
El bajo riesgo de contagio en sitios abiertos hace que los argentinos piensen en estas opciones al momento de pensar en la temporada estival. Aquí cinco opciones para visitar en el país, por ahora con la mente, hasta que se definan por completo los protocolos y se alce la barrera para poder viajar.
San Javier, Córdoba
Ubicado al oeste de la ciudad de Córdoba, se llega hasta allí atravesando el camino de las Altas Cumbres, una pintura magnífica donde las sierras regalan una energía especial. San Javier es de lo menos turístico de la zona, teniendo en cuenta que es vecina de Nono y de Mina Clavero. Pese a esto hay una gran oferta hotelera, muy bien puesta, rodeada en su mayoría de parques y en un ambiente natural óptimo para estos tiempos. Vale la pena visitar San Javier por sus ríos que invitan a bañarse rodeados de piedras y hasta pequeñas playitas, acompañados del más puro silencio. También vale la pena viajar allí para conocer sus actividades agroecológicas, como plantaciones de frambuesas o adentrarse en el proceso por el que se llega a obtener el aceite de oliva. Es un viaje encantador para grandes y chicos. Un lugar para relajarse y dejarse llevar.
Cachi, Salta
Es cierto que durante el verano en el norte hace calor. Pero el encanto de Cachi hace que valga la pena visitarlo prácticamente todo el año. Ubicado en el corazón de los Valles Calchaquíes, este maravilloso pueblo invita a recorrerlo a pie en tan sólo unas horas. Sus callecitas empedradas, sus bares y restaurantes de comida típica cerca de la plaza, al igual que la iglesia, y ese encanto de lugar amigable lo transforman a Cachi en una gran opción. Se sugiere salir desde Salta capital, el camino atraviesa la quebrada del Escoipe y luego cambia rotundamente cuando se llega a la Cuesta del Obispo. Se trata de una zona montañosa con un paisaje único y que se disfruta en cada mirada por la ventanilla. Luego, la famosa recta de Tin Tin rodeada de cardones, desemboca en el pueblito salteño de Cachi, que suele esperar al turista con los brazos abiertos.
Potrerillos, Mendoza
Ubicado a 70 kilómetros de la ciudad de Mendoza, Potrerillos invita al descanso y a la desconexión. Cabalgar, visitar alguna bodega cercana y respirar el aire Mendocino que todo lo limpia, son las opciones que predominan entre sus actividades. La zona se encuentra rodeada de montañas, por lo que las caminatas y el trekking son algo habitual. Un poco de turismo aventura, como rafting, tirolesa o rapel pueden practicarse en el río Mendoza. En tanto, en el famoso dique Potrerillos es posible realizar deportes acuáticos. Estas son las principales actividades de esta zona, pero su cercanía con otras como Luján de Cuyo o Valle de Uco, hacen que las posibilidades se extiendan más allá de esas montañas.
Villa Traful, Neuquén
Muchos la llaman la aldea mágica. Y no es para menos. Sus paisajes, su vegetación arbolada, sus montañas y sus aguas la transforman en un lugar encantador. El lago Traful es maravilloso, se trata de un inmenso espejo de agua transparente que atrae la calma y el silencio. Otra opción que ofrece Villa Traful son sus cascadas y saltos de agua, como la cascada Coa Co, del Arroyo Blanco y Cascada Co Lemu. El trekking es otra opción: las caminatas al Cerro Monje y Negro invitan a las vistas más excepcionales. Para los valientes que disfrutan el buceo, el bosque sumergido es un lugar único por su paisaje subacuático. Sólo basta esperar a ver si la actividad queda autorizada para el verano.
Esteros del Iberá, Corrientes
Si bien su acceso no es tan sencillo, vale la pena visitar este lugar que guarda la flora y la fauna más interesante que hay. Ciervos, venados, carpinchos, yacarés, boas, lobos y aves son tan sólo una parte de la variedad de especies que habitan en los Esteros, el segundo humedal más grande de Latinoamérica. El pueblo más turístico es Colonia Carlos Pellegrini, donde se encuentra la mayor oferta de alojamientos, comida y actividades. Es cierto que es un lugar bastante caluroso en el verano, pero al ser abierto puede resultar una interesante opción para los tiempos que corren. Tomar una lancha para ver a los animales en su entorno natural es una actividad de lo más divertida. Las navegaciones se pueden hacer tanto de día como de noche. El avistaje de aves es otra de las opciones, ya que no hace falta ser un experto para mirar a quienes recorren el cielo con su vuelo. Las cabalgatas también son parte de la agenda y si se combina con la hora del atardecer se convierte en un momento mágico. La única advertencia es que la señal de internet puede llegar a ser un poquito débil.
Fuente: ámbito