Como muchas personas que huyen del horror de la guerra en Siria, Aslan, de 17 años, lleva recorridos 500 kilómetros junto a su perrita Rose y una mochila donde guarda sus pertenencias con la única esperanza de encontrar una vida mejor en Europa.
En la isla griega de Lesbos un equipo de la Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR) entrevistó al recién llegado.
- ¿Por qué lo haces?, pregunta el oficial de ACNUR.
- “Amo a mi perra. La necesito”, responde Aslan.
Su pequeña Rose tiene un pasaporte especial para mascotas con el que poder pasar por las fronteras hasta llegar a su nuevo hogar.